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Calificación promedio: 5 (sobre 5 calificaciones)
/Siempre he estado vinculado como lector desde muy pequeño, como estudiante mientras hacía Bellas Artes y realizaba mis primeros cómics y profesionalmente a través del nacimiento de la editorial Sallybooks con quién he editado mis dos obras hasta el momento.
Después de terminar mi primera obra La senda de los druidas con Sallybooks, propuse una nueva idea y el editor me puso en contacto con Rubén Koyra, el dibujante, al que le pasé un dossier técnico de la obra. A partir de ahí yo empecé a desarrollar el guión mientras él trabajaba los personajes. Una vez que yo terminé mi parte empezamos la fase de storyboard donde se fueron puliendo algunos detalles del guión mientras veíamos como se empezaba a desarrollar el boceto final de la historia ya dibujada, siempre bajo la supervisión del editor. Lizth Bianc llegó en último lugar para llenar de color las páginas que Rubén iba terminando.
La idea nació de un librito de mitología cubana de segunda mano que compré en un mercadillo de La Habana. En él se contaban algunas historias sobre Orishas que me cautivaron y cuando me puse a investigar llegué a la mitología primigenia africana. A partir de ahí, empecé a leer para familiarizarme con el panteón yoruba y ver con perspectiva dónde quería situar mi historia, tanto en lo físico como en lo literario.
Dada sueña la realidad de Anferes y el guerrero sueña la realidad de la chica yoruba, ambos utilizarán esta anomalía para unir sus destinos y luchar juntos contra Iku, que es el dios. En este caso el dios es un sueño del hombre.
En la cultura yoruba los Orishas son personas que por la acumulación de experiencias de sus anteriores vidas van alcanzando el estado propicio para llegar a fundirse con el dios primigenio y convertirse en Orishas. En el momento de comenzar la historia los personajes de Dada, Shango o Ibrahim siguen siendo humanos surcando el camino del Orisha. Dada en este caso parece predestinada a alcanzar pronto ese estado de iluminación.
En la fase de guión se hace patente la importancia de la mirada de los personajes, a la hora de pasar de un personaje que sueña a otro que despierta, sensaciones de uno que trascienden al otro, miradas que recuerdan cosas que han ocurrido antes. Por ello cobra una especial importancia sobre todo al enseñar algunos primerísimos primeros planos de los ojos y como tal se hacía necesario imprimir una particularidad estilística al representarla.
Aunque no tengo ningún proyecto abierto con ninguna editorial, trabajo en la escritura de una novela para presentar a concurso. En un blog de relatos, donde escribo junto a diferentes alumnos de escritura, nacido a raíz del inicio de la pandemia y que se llama palabras por la ventana. Y en varios monólogos para un proyecto teatral.
Rayuela. Capítulo 82. Cuando lo leí entendí perfectamente esa manera de ver la escritura, esa forma tan divergente y lírica de escribir alejándose de las estructuras clásicas y que a mí me parecía tan orgánica que me incitó a intentar escribir mis primeros textos con intención literaria.
Neil Gaiman. Cuando leí Sandman y me sumergí en su mitología me sentí desbordado por la calidad literaria de un cómic que ha sabido transcender el género. Después de leer otras de sus obras como Orquídea negra, American gods e incluso algunos de sus cuentos infantiles como Los lobos en la pared o El día que cambié a mis padres por dos peces de colores pude corroborar la capacidad literaria de un autor muy versátil y brillante.
El hobbit, con doce años, fui mi primer gran viaje.
Quizás la novela que más he leído sea Rayuela, abriendo al azar por alguna de sus páginas. Pero sin duda, aunque no es novela, me encanta cada cierto tiempo releer Esperando a Godot.
En busca del tiempo perdido. No he sido capaz de ir mas allá de Por el camino de Swann. Bien porque no era el momento de leerla, porque por algún motivo la dejaba y no volvía a tomarla, quién sabe…
No considero que ninguna lectura esté sobrevalorada. Al contrario, sigo pensando que hay mucha literatura infravalorada.
El sonido de los sapos de David Vicente, con quién coincidí en un menú literario donde mi cómic La Senda de los Druidas era el segundo plato y su libro de narraciones era el postre. Lo compré y me quedé fascinado con el estilo de este autor del que luego he leído Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor o Insbrük. Pero sin duda me quedo con sus magníficas narraciones cortas.
«Detrás de este triste espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria…» Julio Cortázar en Papeles inesperados.
Siempre tengo una columna de libros sobre mi mesilla que voy alternando cada noche. En ella ahora mismo están El amor en los tiempos del cólera de García Márquez que estoy releyendo; Viejo carnaval de sombras, dos obras de teatro de Raúl Cortés; Mare Incógnita, cartografía poética de Farid Otham-Bentra Ramos; el siempre presente Esperando a Godot de Samuel Beckett y Los papeles del agua de Antonio Gala.
¿Cuál es el nombre completo de la protagonista femenina en "Una corte de rosas y espinas"?