Como lectora ocasional de suspense, este libro ha sido entretenido porque Finlay es una mujer a la que le pasan muchos dramas. Parece que todo le va mal y su ex puntúa en cretino mayúsculo, por lo que resulta fácil empatizar con ella. El avance de la trama resulta hilarante en muchos momentos, como la forma en la que acaba relacionándose con el asesinato de un "cliente" y las volteretas mentales que tiene que dar para que no la pillen. A esto se unen secundarios como su hermana o su niñera que me han gustado mucho, una por honorable y la otra por ambiciosa. Lo que no ha terminado de convencerme es la trama con el camarero, que tiene una parte entendible y otra que me parece que la protagonista pierde la cabeza por completo. Con todo lo que reflexiona para evitar ser capturada me parece una metida de pata por su parte. Además llega un momento que la trama más oscura se entrelaza demasiado, en parte para forzar que el libro sea más gordito (sin necesidad) y para justificar una continuación. La agilidad mental de Finlay y su capacidad de supervivencia hacen que la trama sea ágil y en determinados aspectos creíbles, pero luego hay otras cosas tan pilladas con pinzas que me sacaron de la trama. No ha sido una mala lectura pero prometía mucho al inicio y se va desinflando conforme avanza. Colibrí. + Leer más |