Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Francisco Rosas detenía la corriente amorosa que hace y deshace las palabras y los hechos y nos guardaba en su infierno circular.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Francisco Rosas detenía la corriente amorosa que hace y deshace las palabras y los hechos y nos guardaba en su infierno circular.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Una generación sucede a la otra, y cada una repite los actos de la anterior. Solo un instante antes de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera, para luego despertar y empezar un dibujo diferente.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
_ ¿Y el señor? _ Se lo llevaron. _¡ Se lo llevaron! Las dos mujeres se miraron. Había alguien que se llevaba la gente, que la sacaba de su casa para esconderla en un lugar oscuro. "Se lo llevaron" era peor que morir. |
Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Le humillaba la idea de que el único futuro para las mujeres fuera el matrimonio. Hablar del matrimonio como de una solución la dejaba reducida a una mercancía a la que había que dar salida a cualquier precio.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Estoy y estuve en muchos ojos. Yo sólo soy memoria y la memoria que de mí se tenga .
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
La codicia del general es insaciable. Es un librepensador que persigue a la hermosura y al misterio. Sería capaz de tomar una medida persecutoria contra el diccionario y provocaría una catástrofe. El hombre se perdería en idioma desordenado y el mundo caería convertido en cenizas. - Seríamos como perros. |
Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Habíamos renunciado a la ilusión. ¿Dónde quedaba mi cielo siempre cambiante en sus colores y sus nubes?¿Donde el esplendor del valle amarillo como un topacio? Nadie se preocupaba de mirar al sol que caía envuelto en llamaradas naranjas detrás de los montes azules.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
🏷"Cuando pensaba en el porvenir, una avalancha de días, apretujados los unos contra los otros, se le venía encima y se venía encima de su casa y de sus hijos. Para él, los días no contaban de la misma manera que contaban para los demás. Nunca se decía: 'el lunes haré tal cosa', porque entre ese lunes y él había una multitud de recuerdos no vividos que lo separaba de la necesidad de hacer 'tal cosa el lunes'. Luchaba entre varias memorias y la memoria de lo sucedido era la única irreal para él." (Pág.26).
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Elena Garro
Diciembre 28 de 1989, París. Señor Don Octavio Paz. Estimado Octavio Paz: Este año va a terminar. El que entra suma diecinueve y este número siempre trae sorpresas desagradables. De ahí que me apresure a molestarte. Hace ya tiempo que deseaba escribirte para pedirte perdón por todas las calamidades desdichas y sufrimientos que ocasioné en tu vida. Créeme que te pido perdón después de una larga, muy larga temporada de introspección, examen de conciencia y análisis de mi execrable conducta. Perdona, no puedo dejar de llorar. Sí, llorar a lágrima viva. ¿Cómo pude ser tan estúpida?, ¿tan frívola?, ¿tan inconsciente? Ahora, después de estos años terribles, no lo entiendo. ¡Y tú decías que yo era ¡muy inteligente! Y, yo, vanidosa me lo tomé en serio! Esto me martiriza. Pues veo que todo lo que me dijiste, (salvo lo de la inteligencia) era verdad. |
Cristales de tiempo de Elena Garro
En la memoria En la memoria hay rastros de serpientes jeroglíficos trazados en jardines palabras secretas en la arena guedejas de caminos que se encuentran el porvenir escrito en signos y en el centro del laberinto tu nombre. En la memoria hay ventanas abiertas al perfil de la luna países minerales ramas de pájaros estrellas pegadas a los vidrios ardientes soles cayendo en la boca del infierno oscuros visitantes embozados en azufrosas capas el círculo de una falda roja y tus diez dedos inventando la tarde. En la memoria hay rejas y un brazo de mar azul y solitario abriéndolas, cerrándolas en un ir y venir de espumas. Un río que corre entre los muebles árboles adentro de una biblioteca unas palabras que navegan sobre las mesas de un café un puente abierto a los amantes y un caracol acumulando cantos en la playa. En la memoria avanzas alta marea en llamas y retrocedes sobre la arena quemada por tu paso. (México ,1954) |
Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Francisco Rosas detenía la corriente amorosa que hace y deshace las palabras y los hechos y nos guardaba en su infierno circular
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
El día de su encuentro con Julia tuvo la impresión de tocar una estrella del cielo de la sierra, de atravesar sus círculos luminosos y de alcanzar el cuerpo intacto de la joven, y olvidó todo lo que no fuera el resplandor de Julia. Pero ella no olvidó y en su memoria seguían repitiéndose los gestos, las voces, las calles y los hombres anteriores a él.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
"Él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacia la muerte y la muerte, el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre recupera plenamente su otra memoria. Por eso olvidaba la memoria de 'el lunes haré tal cosa' y miraba a los eficaces con asombro. Pero 'los inmortales' parecían satisfechos en su error y a veces pensaba que solo él retrocedía a aquel encuentro asombroso." (Pág.40).
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
No todos los hombres alcanzan la perfección de morir; hay muertos y hay cadáveres, y yo seré un cadáver», se dijo con tristeza; el muerto era un yo descalzo, un acto puro que alcanza el orden de la Gloria; el cadáver vive alimentado por las herencias, las usuras, y las rentas.
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
" 'La memoria es invisible', se repitió con amargura. La memoria de Julia le llegaba hasta cuando era él quien la llevaba dormida entre sus brazos cruzando las calles de Ixtepec. Era ese su dolor irremediable: no poder ver lo que vivía adentro de ella. Ahora mismo, mientras él sufría viendo los rayos secos del sol, ella jugaba con el agua, olvidada de Francisco Rosas, que sufría porque ella no olvidaba. Estaría bajo el agua, recordando a otros baños y a otros hombres que la esperaban tansidos. Se vio en muchos hombres, preguntándole sin esperanza de respuesta: '¿En qué piensas, mi amor...?' " (Págs.86-87).
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
"Es de natural esquivo", se dijo para consolarse de la indiferencia de la joven y sin querer rimó "esquivo" con "altivo" y de pronto, en medio de la soledad nocturna de la calle, su vida se le apareció como un enorme almacén de adjetivos." (Pág.35).
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
"Cuando se casó, Justino acaparó las palabras y los espejos y ella atravesó unos años silenciosos y borrados en los que se movía como una ciega, sin entender lo que sucedía a su alrededor. La única memoria que tenía de esos años era que no tenía ninguna. No había sido ella la que atravesó ese tiempo de temor y silencio. Ahora, aunque le recomendaba el matrimonio a su hija, estaba contenta al ver que Conchita no le hacía ningún caso. 'No todas las mujeres pueden gozar de la decencia de quedarse viudas', se decía en secreto." (Pág.35).
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Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
Las noches en que Julia no salía de su hotel, la plaza languidecía. Los hombres esperaban hasta muy tarde, y al final, convencidos de que esa noche no la verían, volvían a su casa defraudados. Esa fue una de las últimas noches que la vimos. Estaba triste. Había adelgazado un poco: la nariz se le veía ahora más pálida y afilada.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?