ESTRELLA CORREA

Vuela como solías hacerlo y las olas te llevarán a él

La felicidad merece la pena aunque solo dure unos segundos

Cuando te miro todo se detiene, hasta mi corazón, porque lo único que deseo es escuchar el tuyo, cómo late, cómo sonríes, cómo vives.

Porque la vida es así, impredecible, frágil e inestable, pero es justo ahí, en ese instante en el que te das cuenta de que no puedes manejarla ni cambiarla y lo aceptas, cuando todo cobra sentido y comienzas a disfrutarla y a hacer magia.

He aceptado que somos dos trenes a gran velocidad que chocan cada vez que andan cerca.

Pliega tus alas y vuela tan alto como desees. Que nadie te abrace tan fuerte que no te deje soñar.

Disfrutar de la vida es como caminar por el borde de un precipicio de puntillas a sabiendas de que debajo no hay red. peligroso y atrevido a la vez. Vivir trata de arriesgarse y a veces hay que apostar todo lo que tenemos conscientes de que podemos perder.

Las amigas son un regalo de la vida que todos debemos atesorar a conciencia. Las amigas son las hermanas que escogemos.

El amor no se borra de un plumazo, no desaparece cuando nosotros queremos. Aunque lo ahuyentes, aunque lo alejes, el amor se va cuando quiere, no intentes deshacerte de él.

Las amigas son un lugar seguro donde esconderte cuando todo se vuelve un caos.

Da igual el tiempo que lo niegues, el amor nunca se marcha, se agarra fuerte a nosotros y espera a que lo aceptemos con calma.

No podemos cambiar lo que ocurre a nuestra alrededor, casi ninguna de las veces, pero sí podemos decidir cómo actuar ante los hechos, malos y buenos.

El amor no es amor si no sientes el dolor de la otra persona; el amor no es amor si solo buscas redención; el amor no es amor si te niegas a aceptar que no eres el adecuado para amar; el amor es amor cuando entiendes que soltar es parte de la salvación.

Me das miedo. Desde que te conozco no puedo dormir sin soñarte.

La vida no te pregunta qué quieres, cuándo quieres que ocurra y cómo quieres que termine. La vida sucede sin más y depende de nosotros vivirla de cualquier manera, sentirla sea como sea y enfrentarla aun muertos de miedo.
La vida, simplemente, merece la pena.

El destino, esa fuerza muy superior a nosotros mismos que nos empuja hacia una serie de hechos sucesivos imposibles de evitar.