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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
(...) y allí, sobre tu escritorio, apoyada en el conocimiento de los siglos, está una niña pura tan demoníaca como nosotros;
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
(...) me retorcí y di un paso atrás alejándome de ella, ante el rostro del odio y la furia que anidaba en ella como una bestia dormida, mirando a través de sus ojos.
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
Para los vampiros, el amor físico culmina y es saciado con una sola cosa: la muerte.
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
Estelle explicó que el negro era el color de la ropa de los vampiros;
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Memnoch el diablo de Anne Rice
La conciencia de la muerte había creado una fuerte sensación de individualidad en los humanos, y esta individualidad temía la muerte, la aniquilación. Lo veían, sabían lo que significaba, lo presenciaban continuamente. Y rogaban a Dios para que no permitiera que este trance careciera de significado en el mundo.
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
Mata conmigo esta noche -me dijo, con tanta sensualidad como una amante-.
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
Lestat opinaba que el color más indicado para vampiros era siempre el negro; posiblemente fue el único principio estético que mantuvo con firmeza, pero no se oponía a nada que trasluciera estilo y exceso.
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Entrevista con el vampiro de Anne Rice
Mis víctimas me rodeaban, seduciéndome, invitándome a sus cenas, sus carruajes, sus burdeles. Sólo me quedaba un poco, lo suficiente para tomar lo que debía tomar, tranquilizado por la gran melancolía con que la ciudad me entregaba una infinidad de magníficos desconocidos.
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La momia o Ramsés el maldito de Anne Rice
Cuidado: Mi sueño es como el sueño de la tierra bajo el cielo nocturno o bajo la nieve del invierno; si se me despierta, no seré servidor de mortal alguno. |
El Príncipe Lestat y los reinos de la Atlántida de Anne Rice
Ninguno de nosotros cambia realmente con el tiempo. Solo llegamos a ser más plenamente lo que somos.
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Anne Rice
Eran unos mentirosos, aquellos críticos. Los relatos de amor, aventura y magia nos ayudaban a imaginar que hacíamos realidad un mundo mejor, aunque solo fuese gradualmente.
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Ramsés El maldito de Anne Rice
Los pensamientos en sí nunca son un problema, Alex. Son los actos que pueden inspirar.
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La comunidad de la sangre de Anne Rice
Pero una vez más, ha llegado el momento de que me dirija a vosotros de manera íntima y le dé forma a esta narrativa a mi manera inimitable e informal, mientras trato de relatar todo lo que creo que deberíais saber. Y lo primero que debo deciros es que ahora escribo para vosotros, para mis compañeros bebedores de sangre, los miembros de la Comunidad de la Sangre, y para nadie más. |
Armand el vampiro de Anne Rice
«No sé nada por que sé demasiado,no comprendo muchas cosas y jamás las comprenderé. Pero tú me enseñaste más que todos los seres que he conocido, que el amor es necesario, tan necesario como la lluvia y las flores y los árboles, como la comida para el niño hambriento, y la sangre para los depredadores y carroñeros que somos los de nuestra especie. Necesitamos el amor, y sólo el amor puede hacernos olvidar y perdonar todas las salvajadas»
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Ramsés El maldito de Anne Rice
Ay, fatídico momento ahora enterrado en el tiempo, cuando de manos de una sacerdotisa hitita tomé el elixir maldito. A sus advertencias hice caso omiso. Ansiaba la inmortalidad. De modo que bebí la poción de la copa a rebosar...
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La momia o Ramsés el maldito de Anne Rice
Cuidado: Mi sueño es como el sueño de la tierra bajo el cielo nocturno o bajo la nieve del invierno; si se me despierta, yo no seré servidor de mortal alguno.
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La momia o Ramsés el maldito de Anne Rice
Ramsés el Maldito es mi nombre. En otro tiempo Ramsés el Grande, rey del Alto y el Bajo Egipto; azote de los hititas, constructor de mil templos; adorado por su pueblo; y guardián inmortal de los reyes y reinas de Egipto a lo largo de los siglos. En el año de la muerte de la gran reina Cleopatra, al convertirse Egipto en provincia romana, me entrego a la oscuridad eterna; cuidaos de mí si dejáis que los rayos del sol crucen esta puerta
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El Príncipe Lestat y los reinos de la Atlántida de Anne Rice
- En un cuerpo - dijo la Voz - En un cerebro. En un alma. - Salió de él un suspiro. Un largo y angustiado suspiro. - No me temas. No temas mi sufrimiento, mis gritos, mi poder frenético. Ayúdame. Ayúdame, te li suplico. Tú eres mi redentor. Sácame de la tumba.
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El don del lobo de Anne Rice
—No causaré ningún daño a Laura —aclaró—. Laura no me ha pedido que le transmita el don. —¿El don? ¿Llamas a esto un don? Mira, soy un hombre imaginativo, siempre lo he sido. Puedo imaginar la libertad, el poder… —No, no puedes imaginarlo. Nunca lo harás. Te niegas. —De acuerdo, entonces sé que no puedo imaginar ni la libertad ni el poder y que deben ser más seductores de lo que pueda suponer en mis sueños más febriles. —Empiezas a entenderlo. Sueños febriles. ¿Alguna vez has deseado torturar a alguien que te ha hecho daño y que sufra por lo que te hizo? Yo hice pasar esa agonía a los secuestradores, y también a otros. |
¿Quién es el protagonista de la historia?