El Príncipe Lestat y los reinos de la Atlántida de Anne Rice
- En un cuerpo - dijo la Voz - En un cerebro. En un alma. - Salió de él un suspiro. Un largo y angustiado suspiro. - No me temas. No temas mi sufrimiento, mis gritos, mi poder frenético. Ayúdame. Ayúdame, te li suplico. Tú eres mi redentor. Sácame de la tumba.
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