Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Con Luna no hay nada seguro más que lo que yo soy cuando estoy con ella.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Con Luna no hay nada seguro más que lo que yo soy cuando estoy con ella.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Quiero sentirla sin nada. Sin obstáculos. Sin barreras de ningún tipo. Solo ella y yo dentro de un abrazo.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
No soy fuerte. No soy firme. Solo soy una chica que está agotada de no permitirse sentir.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Eso pasa cuando las oportunidades se niegan y un día te las encuentras de frente, que provocan sentimientos en ti que no sabes gestionar, porque no es su momento, fue otro que ya pasó.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
[...] porque nosotros nos seguiremos quedando en esa anticipación contenida sin cumplir. Eso fuimos. Eso somos. Eso seremos. |
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
—No sé si ser así merece la pena. —Ten por seguro que a mí no me gustaría serlo, pero tenerlo a tu lado... tenerlo es maravilloso. |
Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Rebosaba intensidad por cada poro de su piel. Casi era como si las emociones le resbalaban por encima; se le escapaban porque le sobraban. Agotaba. Te deja exhausto. Arrasaba con todo. Con los demás. Conmigo. Con ella misma. Y daba igual. Si se iba, estaba convencido de que querría más. |
Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
Luna soltó una carcajada incontrolable y yo la acompañe. Después me miró. Creo que esa fue la primera vez que nos reímos juntos, los dos solos, aunque hubiera más gente. O así lo percibí yo. Como si estuviéramos solos en el vagón. Fue la primera vez que ocurrió. Y ese efecto me dejó totalmente fuera de juego.
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Un cielo sin Luna de Andrea Longarela
El amor. Se me escapaba cada vez que lo probaba, por mucho que yo lo persiguiese de forma incansable.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
El amor puede tener tantas versiones como personas despiertan ese sentimiento. Y eso resulta fascinante. Los seres humanos somos unos privilegiados y rara vez nos damos cuenta.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Al fin y al cabo, vivir consiste en eso, en asomarse a un precipicio, sentir el vértigo en la boca del estómago y lanzarse. Y yo estaba a punto de saltar al vacío.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos lo que hacemos, no lo que decimos ni nos esforzamos por creer. Somos los riesgos que corremos, las promesas que cumplimos y lo que damos a los demás de nosotros mismos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
El amor es lo más vivo que existe, por eso, con la misma facilidad con la que nace, muere.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Asumí que la vida era tan impredecible como para que fuera más sensato no acostumbrarse a nada, porque todo puede cambiar en un puto segundo.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Tenía a Vi enraizada en el centro del pecho y daba igual lo lejos que ella volara, su raíz siempre seguiría latiendo.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos del lugar a donde vamos cuando cerramos los ojos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Yo creía en aquello que tiraba de tu cuerpo para mantenerte los pies anclados en el suelo. Pero Vi no. Vi no tenía raíces. Vi tenía alas. Unas inmensas que jamás la dejaría asentarse en tierra firme. Vi era un pájaro y yo era feliz en mi jaula.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
-¿Y qué vas a hacer? ¿Qué quieres hacer ahora, Vi? -Quiero sentir el vértigo. |
Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos lo que damos a los demás, sin darnos cuenta de que, si se marchan, te llevan consigo.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?