Un cielo sin Luna

Si hay algo que consigue Neïra con sus historias es hacerme sentir. Siempre. Con todas. Sin excepción. Me pueden gustar más o menos sus historias, puedo estar más o menos de acuerdo con las decisiones de sus personajes o entender mejor o peor el porque de sus decisiones pero siempre, siempre, me hace sentir. Tiene un don y ya solo por eso se merece toda mi admiración y mi más sincero agradecimiento. Un cielo sin Luna no va a pasar a formar parte de mis libros favoritos de la autora lo cual no quiere decir que no me haya gustado y que incluso, a ratos, lo haya disfrutado mucho (gracias mil por esos viajes por las calles de París, han sido perfectos) pero me han faltado cosas y me han sobrado otra tantas y el conjunto de unas y otras hace que el regusto final no sea el perfecto. Nos encontramos con una historia intensa, como todas las de la autora, pero quizás con personajes menos completos. En este caso a mi me ha dado la sensación de que estaban incompletos, tanto Luna como Etienne, y que ni siquiera se completaban el uno al otro. No se si me explico, seguramente no, pero ya sabéis que no me gusta desvelar más de la cuenta en mis reseñas y a veces es difícil explicar tanto sin contar nada. Son dos personajes muy imperfectos y egoístas, los dos, a ratos uno más que el otro pero los dos. Y toda la trama se centra en ellos obviando a veces secundarios que son oro puro y que pienso que podrían haber aportado mucho más a la historia (Gabriel por ejemplo, o Julien). Me ha faltado un final, o al menos un continuará, para ellos. En esta historia sufre mucha gente y solo de dos de ellos sabemos como acaban. El resto me dejan con mal sabor de boca porque creo que también se merecían su final, feliz o no pero final. Me ha gustado mucho saber de los personajes de los dos libros anteriores y ese guiño a Gael al que tantas ganas tengo de conocer (en breve, muy breve). de las tres historias de la serie "Polos opuestos" me sigo quedando con el segundo libro, Oliver y Julia se colaron en mi corazón y ahí siguen, tan agustito ;) Mis favoritos de largo. Así y todo ya os digo que disfruto mucho con los libros de la autora. Tengo varios pendientes en mi estantería que caerán en breve también :)

Hoy vengo a hablaros de mi última lectura de noviembre: Un cielo sin Luna.

Lo aparqué durante casi un año entero por culpa de un parón lector. Por suerte, no había avanzado lo suficiente como para perderme y no poder retomar la historia.

Como los libros anteriores de la serie, Un cielo sin Luna también está dividido en varias partes. En la primera, en pasado, vivimos al tiempo de Luna y Étienne la magia que se respiraba en ese tren atrapado en la nieve la última noche del año. En la segunda, ya en presente, seguimos la vida de ambos y descubrimos cómo han cambiado en muchos aspectos, pero que el recuerdo de esa noche sigue ahí, palpitando.

Es el libro más intenso de los tres. No por la historia de amor en sí, si no porque la primera parte ocurre en un transcurso tan corto de tiempo que se siente todo al máximo, y eso se arrastra la novela entera.

Los capítulos son muy cortos y se intercala la narración entre Luna y Étienne, cosa que agiliza el ritmo de lectura.

Luna es digna hija de su padre, y me han encantado las pocas escenas en las que aparece Bruno.
Étienne, en cambio, es todo lo contrario. Es un hombre sensato y correcto al que no le gusta precipitarse y que siempre piensa en los interés de los demás antes que en él mismo.

Es el libro que menos me ha enganchado de los tres de serie Polos Opuestos. Me gusta mucho la pluma de Neïra; es una de las cosas que más me enamoró en "Caótica Jimena". Pero este libro es demasiado dulce, demasiado sensible, demasiado intenso. Incluso me ha resultado repetitivo.

Es una pena no haber disfrutado de este final tanto como me hubiera gustado. Espero leer próximamente más libros de la autora y que la experiencia sea mejor.