Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Si realmente somos el resultado de nuestro nombre, no podías llamarte de otro modo: Ofelia, la trágica ninfa acuática siempre rodeada de flores y de muerte, la chica ahogada.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Si realmente somos el resultado de nuestro nombre, no podías llamarte de otro modo: Ofelia, la trágica ninfa acuática siempre rodeada de flores y de muerte, la chica ahogada.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Y estoy seguro de que alguien te echa de menos en algún lugar. Es imposible no echarte de menos.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Querer a Dylan era fácil porque era como amar el mar: algo inevitable. Pero el mar puede ser salvaje y cruel algunas veces; el mar puede devorar todo lo que amamos.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Lleváis esa misma destrucción dentro. Puede que nunca se desate, pero es vuestra naturaleza. Una tempestad en el corazón.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Ofelia descubrió que el pasado deja una marca invisible en nuestro corazón, una cicatriz imposible de ver pero que nunca deja de doler.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Hace muchos años, cuando el mundo era mucho más pequeño y desconocido, algunos cartógrafos y dibujantes de mapas escribían esas mismas palabras o dibujaban dragones y monstruos marinos donde empezaba lo desconocido: Aquí hay dragones, eso significa. Era solo una forma de avisar del peligro, marcar las zonas desconocidas en un mapa o intimidar a los marineros que querían aventurarse en territorios inexplorados. Precisamente por eso le regaló él este librito guía de todos los monstruos que habitan en los mares, para demostrarle que no tenía miedo de enfrentarse a serpientes marinas, monstruos o dragones para demostrarle su amor.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Es un incendio que se come todo el aire de cualquier habitación y hasta con solo una chispa para desatarla.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Si realmente somos el resultado de nuestro nombre, no podías llamarte de otro modo: Ofelia, la trágica ninfa acuática siempre rodeada de flores y de muerte, la chica ahogada.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Hay cosas más importantes, como poder mirarse al espejo con la conciencia tranquila.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Es injusto que tengamos que heredar los pecados de nuestros padres.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Es el miedo. Ese miedo que camina a sus anchas por los pueblos y las calles de toda la costa cuando se pone el sol. Ese miedo es más fuerte que el bastardo que me ha pegado esta noche y sus brazos son más largos. Y nos tiene a todas bien cogidas.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Más profundo que el océano y más oscuro que el fondo oscuro. Hic sunt dracones.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Tú tienes razón en lo que me dices siempre: vivimos nuestro propio cuento de hadas con final feliz. Mi madre es la bruja, yo soy Blancanieves y tú eres el cazador que tenía que matarme, pero te enamoraste de mí y me salvaste.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
Y estoy seguro de que alguien te echa de menos en algún sitio. Es imposible no echarte de menos.
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Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
- Tú me preguntaste si yo también te seguiría... - ¿Y lo harías? (...) ¿Vendrías conmigo? - Hasta donde termina el mar. |
Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
—Últimamente pienso a menudo en esa historia acerca de tu escritorio de caoba que me contaste el día que entré en la cooperativa de vinos. ¿Sientes ya el nudo alrededor de tu cuello?
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Los demonios de verdad, los que de verdad te roban el sueño y la vida, nunca se molestan en esconderse.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Por las rendijas del dolor algunas veces también se cuelan cosas buenas.
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Gregorio Samsa es un ...