Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
El mal no necesitaba de paisajes neblinosos o páramos azotados por el viento para vivir. No; el mal también podía vivir y echar raíces bajo el sol más brillante de verano.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
El mal no necesitaba de paisajes neblinosos o páramos azotados por el viento para vivir. No; el mal también podía vivir y echar raíces bajo el sol más brillante de verano.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Está bien si te sientes triste, tienes derecho a sentirte así.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Puede que no recordara los golpes, pero recordaba el miedo.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Lo invisible, lo que está bajo tierra, es tan importante como lo que asoma. Vaya que sí.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Los peores demonios no son los que están dentro de ellas, sino fuera.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Comprendí entonces que mi hermano nunca entendería el verdadero poder de las historias: el poder para cambiar nuestro modo de entender el mundo.
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Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Tú me salvaste. Y a cambio de eso me pediste el mundo entero.
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Algunas veces cazas al lobo... y otras veces el lobo te caza a ti.
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Lo que somos de niños nos persigue el resto de nuestras vidas, no importa lo mucho que corramos, al final siempre nos encuentra
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Puede que sólo sea un hombre, pero las ideas que le mantienen en pie viven dentro de otros muchos y no puedes matarlos a todos
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Los muertos tienen la virtud de recordarnos quienes somos de verdad, podemos mentirnos a nosotros mismos todo lo que queramos, pero los que hemos enterrado conocen la verdad sobre nosotros. Hay pecados que sobreviven a la muerte
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Hay algo en Basondo que se te clava debajo de la piel y se te enreda en los huesos para que no te marchas jamás
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Es curioso, ¿verdad?, la manera en la que nos entregamos a quien no nos ama ni nos amará jamás sólo por la diminuta esperanza de que algún día se fije en nosotras
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Él es un hombre y los hombres pueden hacer y deshacer a su antojo, ¿o es que no te has dado cuenta aún? Ellos pueden decidir mientras que nosotros sólo podemos aguantamos. Puede que sea injusto, pero así es como funciona el mundo.
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Es mi familia, pero ya no son como yo los recordaba. Ahora son distintos, o a lo mejor he sido yo, no lo sé, pero nada es como antes
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Puedes obligar a alguien a vivir en un lugar pero no puedes obligarle a que lo sienta como su hogar: la tierra es algo que uno lleva siempre en el corazón.
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
Mientras me critican a mí no tienen que fijarse en las cosas de su vida que no les gustan o que no pueden cambiar.
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El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga
La falta de dinero te hace prisionera de cualquiera que tenga dos monedas de sobra para tirártelas a la cara.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?