Hôzuki, la librería de Mitsuko de Aki Shimazaki
De pronto, Tarô levanta la cabeza y se lanza corriendo a la acera. Extiende sus manitas para atrapar los copos, con la boca abierta hacia el cielo. Sonrío. Cuando se vuelve hacia el escaparate, nuestras miradas se encuentran. Me llama en lengua de signos: —¡Mamá, la primera nevada! Le respondo articulando cada sílaba: —Sí, es el ha-tsu-yu-ki. |