Azami: El club de Mitsuko de Aki Shimazaki
Mitsuko se sentó en su sitio. Yo quería saludarla con un "Bienvenida" o "Encantado", pero ella me ignoraba, con la mirada fija en la pizarra. "Es guapa pero inabordable", pensé. Fue entonces cuando me vino a la mente la imagen de la flor del azami.
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