Aki Shimazaki

Su rostro muestra una expresión inocente y apacible, como si se hubiera liberado del dolor, de la tristeza, de los celos, de la ira... La vida no es siempre de color de rosa.

Se hace el silencio.
Miro hacia la ventana como si estuviera en un sueño. Grandes copos de nieve revolotean con el viento. Me recuerdan un torbellino de pétalos de flores. En Japón pronto llegará la estación de los cerezos. Veo a Yuko, que dispone flores en un jarrón. me sonríe. "Takashi-san, ¡vamos a Montreal juntos! ¡Es mi tierra, Kobe!. Tengo el corazón en un puño. Las lágrimas me empañan la vista. "Feliz cumpleaños, Yuko...", murmuro.

– ¿Cómo se puede saber que la memoria desaparece? Se sabe que el cuerpo, incinerado o enterrado, se descompone, que no tiene forma, ¿cómo se puede saber que desaparecerá?

Creo que quizá no haya coincidencias en este mundo. Tiene que existir una relación entre los fenómenos que suceden al mismo tiempo.

Mamá me avisó una vez: “No invites a nadie a mi funeral. Si no, tendría que hacer una lista de las personas que no me caen bien”.

-Tu naciste para salvarme la vida
-Tu me tuviste porque yo quería ser tu hijo
-Entonces nos necesitamos el uno al otro

Me llamas sin voz, como una campanilla muda.
Aun así, ¡yo te oigo, Suzuran!
Te amo desde siempre, desde antes de que naciera.

—(...) Para obtener el tono deseado, claro está, hay que tener mucha práctica y confiar en tu intuición. Aún así es imposible prever el resultado con exactitud. Es accidental, como la vida.

Los pequeños guijarros saltan y danzan sobre el agua uno o dos segundos. Instantes efímeros, como nuestro encuentro con la señora Sato y su hija».

“Me siento en una piedra grande. Con los ojos cerrados, escucho el ruido del agua.

Odio a los psicólogos. Dicen todo lo que les pasa por la cabeza. Ese oficio es absurdo, inútil y hasta perjudicial.

Me gustan todas las mujeres que se acuestan conmigo, y punto. A las mujeres les gusta amar y a los hombres ser amados.

[…] esta mujer no me excita demasiado. Sin embargo, está bien mantenerla para tener un lugar donde pasar el rato, como esta noche.

La felicidad de las mujeres reside en el matrimonio.

Tú te casarás dentro de unos años […]. Encontraré un hombre que te hará feliz.

Necesito amantes para que nuestro matrimonio permanezca estable.

No hay que revelar nada a nadie. Las palabras que salen de la boca dejan de ser secretas.

Vivo sin duda en un mundo completamente distinto al suyo. Uno no elegiría el mío de forma espontánea, salvo por el oficio de librera.

La religión consiste en crecer y la filosofía, en dudar.

Me haría creyente si la religión me permitiera escapar del dolor de la vida.