En llamas de Suzanne Collins
Mis opciones son sencillas: puedo morir como una presa en el bosque o puedo morir aquí, al lado de Gale
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En llamas de Suzanne Collins
Mis opciones son sencillas: puedo morir como una presa en el bosque o puedo morir aquí, al lado de Gale
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En llamas de Suzanne Collins
No habían contado con que los muy controlados charlajos fuesen lo bastante listos para adaptarse a la libertad, pasar su código genético y prosperar de una nueva forma. No habían previsto su voluntad de vivir
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En llamas de Suzanne Collins
Ahora mismo podría ser el chico con el que me encontré en el bosque hace años, el que me acusó de robar de sus trampas. Vaya pareja que éramos: sin padre, asustados, pero también decididos a luchar con uñas y dientes por la supervivencia de nuestras familias. Desesperados, aunque ya no volvimos a estar solos después de aquel día, porque nos teníamos el uno al otro. Pienso en cien momentos pasados en el bosque, las perezosas tardes de pesca, el día que le enseñé a nadar, la vez en que me torcí la rodilla y él me llevó a casa a cuestas. Contábamos con el otro, nos protegíamos, nos obligábamos a ser valientes
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En llamas de Suzanne Collins
Yo también me limité a fingir que no había pasado nada. Pero si que había pasado algo: Gale había derribado una barrera invisible entre nosotros y, al hacerlo, había destruido cualquier esperanza de volver a nuestra antigua amistad sin complicaciones. Daba igual que fingiese, nunca podría mirar de nuevo sus labios de la misma manera
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En llamas de Suzanne Collins
En algún punto, tiene que parar de correr, girarte y encararte a lo que sea que te quiere muerta. Lo difícil es encontrar el coraje para hacerlo.
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Sinsajo de Suzanne Collins
—No, no quiero hacerlo... —responde. —Quédate conmigo —insisto, apretándole tanto las manos que llego a hacerle daño. Él contrae las pupilas hasta que se convierten en alfileres, después se vuelven a dilatar rápidamente y vuelven a parecer más o menos normales. —Siempre —murmura. |
Sinsajo de Suzanne Collins
Mil momentos pasan por mi cabeza, todas las veces que estos brazos fueron mi único refugio del mundo. Quizá no los apreciara como debía entonces, pero son recuerdos dulces que se irán para siempre. |
Sinsajo de Suzanne Collins
Somos seres inconstantes y estúpidos con mala memoria y un don para la autodestrucción.
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Sinsajo de Suzanne Collins
La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas, que puede volver a ser buena. Y eso solo puede dármelo Peeta. Así que, después, cuando me susurra: —Me amas. ¿Real o no? Yo respondo: —Real. |
Sinsajo de Suzanne Collins
Lo que necesito es el diente de león en primavera, el brillante color amarillo que significa renacimiento y no destrucción. La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas, que puede volver a ser buena.
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Sinsajo de Suzanne Collins
Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible.
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En llamas de Suzanne Collins
Ojalá pudiera congelar este momento, ahora mismo, aquí mismo, y vivir en él para siempre.
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En llamas de Suzanne Collins
- Entonces, ¿qué hacemos con los pocos días que nos quedan? - Solo quiero pasar cada minuto del resto de mis días contigo - responde Peeta. |
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Sinsajo de Suzanne Collins
Cuesta mucho más que la vida. ¿Matar a gente inocente?, Te cuesta todo lo que eres. |
Los juegos del hambre: La trilogía de Suzanne Collins
Quiero hacer algo ahora mismo, aquí mismo, algo que los avergüence, que los haga responsables, que les demuestre que da igual lo que hagan o lo que nos obliguen a hacer, porque siempre habrá una parte de cada uno de nosotros que no será suya
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Gregorio Samsa es un ...