El Tartufo / Don Juan de Molière
No; nos engaña fácilmente el ser a quien amamos, y el amor propio nos lleva a engañarnos a nosotros mismos.
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El Tartufo / Don Juan de Molière
No; nos engaña fácilmente el ser a quien amamos, y el amor propio nos lleva a engañarnos a nosotros mismos.
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El Tartufo / Don Juan de Molière
¿Es que no tengo razones para quejarme de vos? Y, sin mentir, ¿no es una maldad sentir en torturarme, diciéndome cosas desconsoladoras?
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El Tartufo / Don Juan de Molière
MARIANA. -La pérdida no es grande, y con el cambio os consolaréis fácilmente. VALERIO. -Haré lo posible..., podéis creerme. Un corazón que nos olvida reaviva nuestro amor propio; hay que poner todos los medios a nuestro alcance para olvidarlo. Si no lo conseguimos, hay que fingirlo al menos; pues no se disculpa nunca la cobardía de sentir amor por quien nos abandona. MARIANA. -Ved ahí un sentimiento muy noble y elevado... |
El Tartufo / Don Juan de Molière
[...] El solo pensamiento de esa ingratitud hace sufrir a mi alma tan agudo tormento... El horror que me causa... Tengo tan oprimido el corazón, que enmudecí de pronto, y creo que eso me matará.
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El Tartufo / Don Juan de Molière
[...] no hay nada más odioso que el exhibicionismo de un celo falso, que esos perfectos charlatanes, que esos devotos de plazuela, que con mueca sacrílega y falaz se disfrazan para engañar impunemente y burlarse a capricho de lo más sagrado y respetable que tienen los hombres; esas gentes frías sometida al interés hacen de la piedad oficio y mercancía, y buscan comprar créditos y dignidades con ojos puestos en blanco y arrebatos fingidos [...]
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El Tartufo / Don Juan de Molière
[...] Temí al principio que este fuego secreto fuese una asechanza del espíritu maligno, e incluso mi corazón intentó huir de vuestros ojos, creyéndoos obstáculo para mi salvación. Pero luego he pensado, beldad admirable, que el pudor se concilia muy bien con mi pasión, y ello me permite entregarle mi corazón fervoroso. Es en mí, lo confieso, gran osadía, atreverme a ofrendaros mi alma; mis anhelos lo esperan todo de vuestra bondad, y nada de los vanos esfuerzos de mi insignificancia. Pongo en mi esperanza mi bien y mi tranquilidad; disponéis de mi dicha y de mi beatitud; y voy a ser, en fin, según vuestro dictado, si lo queréis, dichoso; desgraciado, si os place [...]
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El Tartufo / Don Juan de Molière
[...] Aquellos cuya conducta se presta más a la crítica son siempre los primeros que murmuran del prójimo: no dejan nunca de aprovechar rápidamente el aparente vislumbre de la menor amistad, esparciendo la noticia con demasiada alegría y dándole el aspecto que ellos quieren según su paladar, intentan justificar los suyos en el mundo, y con la falsa ilusión de alguna esperanza, convierten en inocentes sus intrigas y hacen recaer sobre otros esa parte de censura pública de que están demasiado cargados.
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Consiento en olvidar tus desmanes; sabré expulsarlos a todos en mi alma, y para mí mismo los cubriré bajo el dictado de una debilidad a que fue inducida tu juventud por las viciosas costumbres de la época, con tal de que tu corazón consienta en secundarme en mi proyecto de huir de los hombres, y de que te resuelvas sin demora a seguirme al desierto donde he hecho voto de vivir
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Nada es más rápido que la elección de nuestros deseos
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Si todos los corazones fueran francos, justos y dóciles, la mayor parte de las virtudes nos serían inútiles, puesto que nos sirven para poder soportar sin disgusto la injusticia de los demás
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Estoy de acuerdo con cuanto quieras: todo marcha por interés y por intriga; nada prevalece hoy fuera de la astucia y los hombres deberían estar hechos por diferente manera. ¿Pero es una razón su poca justicia para querer apartarse de su sociedad?
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Podrá costarme veinte mil francos, pero por veinte mil francos tendré el derecho de echar pestes contra la iniquidad de la naturaleza humana, y de alimentar odio inmortal contra ella
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
¡Él, que tiene en la corte rango de hombre principal, a quien nada he hecho fuera de manifestármele sincero y franco, que viene con apremiante ardor a pedirme, a pesar mío, mi opinión sobre unos versos que ha hecho; y porque le hablo con honestidad sin querer traicionar ni a la verdad ni a él, ayuda a abrumarme con un crimen imaginario!
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Excesiva perversidad reina en nuestro siglo y quiero salir de la sociedad de los hombres
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Sí, querría que nadie te encontrara digna de amor, que quedes reducida a una miserable suerte, que al nacer nada te hubiera otorgado el cielo, que no tuvieras ni rango, ni nombre, ni bienes
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
Esfuérzate tú en parecer fiel, y yo me esforzaré en creer que lo eres
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
¡Ah, qué bien sabes en esto, pérfida, serviros contra mí mismo de mi debilidad sin límites!
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El Misántropo o el atrabiliario enamorado de Molière
¡Se me impulsan mis sospechas y mi dolor hasta el último extremo, se me deja creer todo, se jactan de todo; y sin embargo mi corazón es tan cobarde como para no poder romper la cadena que lo liga, ni armarse de un generoso desprecio contra la ingrata de la que está por demás prendado!
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¿En que año nació Marcel Proust?