El Tartufo / Don Juan de Molière
[...] Temí al principio que este fuego secreto fuese una asechanza del espíritu maligno, e incluso mi corazón intentó huir de vuestros ojos, creyéndoos obstáculo para mi salvación. Pero luego he pensado, beldad admirable, que el pudor se concilia muy bien con mi pasión, y ello me permite entregarle mi corazón fervoroso. Es en mí, lo confieso, gran osadía, atreverme a ofrendaros mi alma; mis anhelos lo esperan todo de vuestra bondad, y nada de los vanos esfuerzos de mi insignificancia. Pongo en mi esperanza mi bien y mi tranquilidad; disponéis de mi dicha y de mi beatitud; y voy a ser, en fin, según vuestro dictado, si lo queréis, dichoso; desgraciado, si os place [...]
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