Tres novelas ejemplares y un prólogo de Miguel De Unamuno
Sí, yo, yo soy el loco, yo el que estuve siempre loco..., loco de ti, [...], loco por ti... Yo, yo el loco. ¡Y mátame, llévame contigo!
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Tres novelas ejemplares y un prólogo de Miguel De Unamuno
Sí, yo, yo soy el loco, yo el que estuve siempre loco..., loco de ti, [...], loco por ti... Yo, yo el loco. ¡Y mátame, llévame contigo!
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Tres novelas ejemplares y un prólogo de Miguel De Unamuno
Yo la habría querido con la misma locura que hoy la quiero... ¡Déjame desnudarme el corazón! Yo la habría querido con la misma locura con que hoy la quiero y habría conquistado su amor con el mío. No con mi valor, no; no con mi mérito, sino sólo a fuerza de cariño.
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Tres novelas ejemplares y un prólogo de Miguel De Unamuno
Te vi perdido, perdido, perdido... Te vi buscando lo que no se encuentra.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Los hombres no sucumbimos a las grandes penas y a las grandes alegrías. Y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, niebla. La vida es una nebulosa.
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Como se hace una novela de Miguel De Unamuno
Estar loco se dice que es haber perdido la razón. La razón, pero no la verdad, porque hay locos que dicen las verdades que los demás callan por no ser racionar ni razonable decirlas, y por eso se dicen que están locos. ¿Y qué es la razón? La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo, todos o por lo menos la mayoría. La verdad es otra cosa, la razón es social; la verdad, de ordinario, es completamente individual, personal e incomunicable. La razón nos une y las verdades nos separan.
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Miguel De Unamuno
El aburrimiento es el fondo de la vida, y el aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor. La niebla de la vida rezuma un dulce aburrimiento, licor agridulce. Todos estos sucesos cotidianos, insignificantes; todas estas dulces conversaciones con que matamos el tiempo y alargamos la vida, ¿qué son sino dulcísimo aburrirse? ¡Oh, Eugenia, mi Eugenia, flor de mi aburrimiento vital e inconsciente, asísteme en mis sueños, sueña en mí y conmigo!
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Niebla de Miguel De Unamuno
Las mujeres saben siempre cuando se las mira, aun sin verlas, y cuando se las ve sin mirarlas.
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La tía Tula de Miguel De Unamuno
Formaban las dos hermanas, siempre juntas, aunque no por eso unidas siempre, una pareja al parecer indisoluble, y como un solo valor.
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Niebla de Miguel De Unamuno
A los despreciados se nos debe dejar el que nos consolemos los unos con los otros.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Hay ocasiones en que las peores ofensas son esas que se infligen sin intención, según se dice.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Hay lagrimas que refrescan y desahogan y lágrimas que encienden y sofocan más.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Pero acaso no hay nada más malicioso que la inocencia, o bien, más inocente que la malicia.
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Niebla de Miguel De Unamuno
O no es acaso que a medida que los corazones más se unen, más se separan las cabezas.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa.
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Niebla de Miguel De Unamuno
¿Cuál es la lógica de las apariciones? La de la sucesión de estas figuras que forman las noves de humo del cigarro.
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Niebla de Miguel De Unamuno
Es una desgracia esto de tener que servirse uno de las cosas – pensó Augusto-; tener que usarlas. El uso estropea y hasta destruye la belleza.
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San Manuel Bueno, mártir de Miguel De Unamuno
Bien sé que en lo que se cuenta en este relato, si se quiere novelesco —y la novela es la más íntima historia, la más verdadera, por lo que no me explico que haya quien se indigne de que se llame novela al Evangelio, lo que es elevarle, en realidad, sobre un cronicón cualquiera—, bien sé que en lo que se cuenta en este relato no pasa nada; mas espero que sea porque en ello todo se queda, como se quedan los lagos y las montañas y las santas almas sencillas asentadas más allá de la fe y de la desesperación, que en ellos, en los lagos y las montañas, fuera de la historia, en divina novela, se cobijaron.
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¿Quién escribió la saga?