Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Y aquella tarde perfecta fue avanzando lentamente, difuminándose lentamente, cerrando lentamente sus pétalos." ('Fiesta en el jardín', Pág.111).
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Y aquella tarde perfecta fue avanzando lentamente, difuminándose lentamente, cerrando lentamente sus pétalos." ('Fiesta en el jardín', Pág.111).
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
¡Ah, qué fascinante era todo! ¡Cómo lo estaba disfrutando! ¡Cuánto le gustaba sentarse aquí a observarlo todo! Era como una obra de teatro. Era exactamente como una obra de teatro. ¿Quién iba a creer que el cielo detrás no estaba pintado?
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Sopa de ciruela de Katherine Mansfield
Ojalá distinguir el amor verdadero del falso como se distinguen los champiñones de los hongos venenosos.
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
Nunca he conocido a nadie que me agrade tanto como tú. Nunca me había sentido feliz con nadie. Pero estoy segura de que no es lo que la gente y los libros describen cuando hablan de amor.
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
¿Cuánto tiempo permanecieron allí? Ambas atrapadas, por así decirlo, en ese círculo de luz sobrenatural, compréndiendose a la perfección, criaturas de otro mundo, que se preguntaban qué iban a hacer con aquel tesoro de felicidad que les ardía en el pecho y se derramaba, desde su cabello y sus manos, en forma de flores de plata.
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
-¡Qué noche!- dijo ella. ¿Conoce ese poema de Safo sobre su mano en las estrellas...? Soy curiosamente sáfica. Y esto es algo muy singular: no solo soy sáfica, sino que, en todas las obras de los grandes escritores, especialmente en sus cartas inéditas, encuentro un toque, una señal de mí misma: un parecido, una parte de mí. Como mil reflejos de mis propias manos en un espejo oscuro. (El alma moderna) |
Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Por la ventanita tiznada se divisaba una inmensa extensión de cielo tristón, y siempre que había nubes parecía que fuesen nubes raídas, usadas, desgastadas por los bordes, agujereadas, como oscuras manchas de té." ('Vida de Ma Parker', Pág.48).
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Pensó que, en verdad, empezaba a tener bastante experiencia en escuchar haciendo ver que no escuchaba, en sentarse dentro de la vida de otra gente durante un instante, mientras los otros charlaban a su alrededor." ('La señorita Brill', Pág.39).
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"¿Qué puede hacer uno si, aun teniendo treinta años, al volver de la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad... de felicidad plena... como si de repente se hubiese tragado un reluciente trozo de sol crepuscular y este le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo el cuerpo?" ('Felicidad', Pág.15).
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como este, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa , marcando pasos de danza; rodar un aro ; tirar alguna cosa al aire para volver a cogerla, o quedarse quieta y reír . . . simplemente por nada.
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Felicidad y otros cuentos de Katherine Mansfield
Vino el alba, áspera y fría, con nubes encarnadas en un cielo verdoso y gotas de agua en cada hoja y cada brizna de hierba. Una brisa sopló sobre el jardín, escurriendo el rocío, haciendo caer los pétalos. Tiritó por encima de las praderas empapadas, y se perdió en el fondo de los setos oscuros. En el cielo, minúsculas estrellas flotaron un momento para desaparecer, disueltas como burbujas de aire. Y, distintamente, en la calma matutina, se oyó el riachuelo que corría a través de la pradera, corría por encima de las piedras oscuras, corría y volvía a salir de los hoyos de arena, se escondía bajo grupos de sombríos matorrales de bayas, y se derramaba en un pantano de berros y flores amarillas.
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Diario de Katherine Mansfield
Lo que más admiro de Jane Austen es que cumple lo que promete. Por ejemplo, si ha de llegar T., nos da su llegada con todo detalle, y la escena es excelente y supera nuestra expectativa.
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
A pesar de sus treinta años, Bertha Young seguía teniendo momentos como este, en los que quería correr en vez de caminar, bailar dando saltitos subiendo y bajando de la acera, jugar con un aro, lanzar cosas al aire para atraparlas después, o quedarse quieta y reírse de...nada, reírse sin más.
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
Y durante todo el trayecto no vio nada más que una muñeca de cera con un penacho de pelo dorado, tumbada, dócil, con las manitas y los piecitos cruzados. Y justo antes de llegar al Princes vio una floristería llena de flores blancas. Ah, qué idea tan perfecta. Lirios del valle y pensamientos blancos, violetas blancas dobles y una cinta de terciopelo blanco...Para una pequeña niña...
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
Y las dos mujeres se quedaron de pie, una al lado de la otra, mirando el esbelto frutal. A pesar de estar tan quieto, parecía, al igual que la llama de una vela, que se estiraba, se hacía puntiagudo, se estremecía, crecía más y más mientras lo miraban, hasta prácticamente rozar el borde de la luna redonda y plateada.
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
¿Qué le importaban a él las garden-parties, ni las cestas, ni los vestidos de encaje? Estaba lejos de todo eso. Estaba maravilloso, hermoso.
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
Ah, qué felicidad da estar con gente que es feliz, roces de manos, roces de mejillas, miradas con sonrisas ...
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
Eran la mayor monstruosidad de este mundo, y no tenían ningún derecho de estar en aquella vecindad. Eran unos diminutos habitáculos miserables pintados de marrón chocolate. En los cuadrados de jardín, no tenían más que coles, gallinas enfermas y latas de tomate. Hasta el humo que salía de sus chimeneas despedía pobreza.
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
¿Por qué no podía tener de amigos a unos obreros en vez de a esos chicos tontos con los que bailaba y que venían a cenar los domingos por la noche?
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Diario de Katherine Mansfield
Al final lo único que merece la pena poseer es la verdad; es más emocionante que el amor, más alegre y más apasionante. Es lo que sencillamente no puede fallar. Todo lo demás fracasa. En cualquier caso, yo le dedico el resto de mi vida a la verdad y solo a ella.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?