Una oda a la inmortalidad, a la celebración de los lazos, no solo familiares sino por todos aquellos por los que sentimos algo, amor, admiración, respeto
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Una oda a la inmortalidad, a la celebración de los lazos, no solo familiares sino por todos aquellos por los que sentimos algo, amor, admiración, respeto
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“Tres asuntos: la soledad, la ternura y la risa” asegura Marisa Camino que encontraremos en la correspondencia mantenida con el escritor, crítico y pintor británico, John Berger. Lo dice en el prólogo de este libro que reúne cinco cartas escritas por Berger en la década de los noventa, publicado por Árdora Ediciones. El libro incluye algunos dibujos hechos en acuarela y tinta china, producto de la colaboración artística entre Camino y Berger. En este libro se habla de naturaleza, de pintura rupestre y de fotografía moderna. Se habla de escultura, de la relación del hombre con la imagen y con los objetos, de haikus y de bodegones. Se habla de tiempo, de cuerpo y de memoria. Estas cartas no son en esencia o no son únicamente producto de una erudición, de un conocimiento sobre el arte y su historia; son confesiones, preguntas y reflexiones que toman esa erudición para invitarnos a ver más allá, muy a la forma de Berger, como lo hacía ya en los setenta, con la serie Ways of seeing (después convertida en libro), ahí la pintura al óleo servía para cuestionar la idea de propiedad, la mujer como objeto, el uso y abuso de la pintura, el mercado del arte... En estas cartas lo que se cuestiona es más íntimo, transcurre en el plano de lo cotidiano, pero sobre todo en el de la complicidad y de la amistad, es ahí dónde encontramos la ternura y la risa. La soledad, por su parte, en la naturaleza muerta. + Leer más |
Todo fanático de John Berger debería hacerse con este libro, ya que en este librito lo empezamos a conocer como no lo habíamos visto, en su intimidad y con la complicidad de Marisa. Sin duda Berger es un personaje digno de estudio y estas cartas nos ayudan a conocerlo más allá de su perfil profesional. Sus inquietudes, su día a día, sus comidas, sus paseos, sus preguntas y sus opiniones sobre temas varios hacen que estas cartas tengan un valor especial y adicional para poder hacer un retrato de una persona reconocida (y respetada) en el mundo del arte. Guardaré es te libro junto a mis otros libros de arte y artistas, porque complementa lo que es el mundo del arte. |
Imaginemos que estás desayunando, el café todavía humeante mientras untas una tostada con mermelada y los tenues ruidos habituales del exterior se irrumpen por el timbre: es el cartero. Cuando vuelves a la cocina con la carta entre las manos sabes que lo mejor es dejarla sobre la mesa y terminar de desayunar; de otra manera te meterás tanto dentro de la lectura que el café se enfriará y la tostada quedará esperando vaya uno a saber hasta cuando. Es que la carta te la ha enviado John Berger y dice esto: “Imaginemos que el mundo es una hoja de papel; imaginemos la mano de un creador dibujando, probando a dibujar objetos que todavía no existen. Las huellas no son sólo lo que queda cuando algo se ha ido, también pueden ser las señales de un proyecto, de algo que va a aparecer. Lo visible empieza con la luz. Y en cuanto hay luz hay sombra. Todo dibujo es una sombra en torno a una luz. Las señales se entretejen, tiemblan, se alternan. Y poco a poco el ojo empieza a registrar y a leer el espacio que van a ocupar la cafetera y la jarra. En otras palabras, los objetos que pinta Morandi no se pueden comprar en ningún rastro. No son objetos. Son lugares, lugares en los que está a punto de existir una pequeña cosa.” Y de pronto la existencia es toda epifanía, atraviesa el papel, va más allá de lo intelectual del análisis y nos sumerge de lleno en otro lugar, otro espacio, ese mismo que Berger llama un tercer plano paralelo y que tiene que ver con nuestros sueños. Es que ante todo, John Berger es un poeta que construye mundo haciendo de puente entre obras, artistas, entre épocas y sus distintos “modos de ver”. Cartas a Marisa Camino recoge cuatro ensayos enviados por correspondencia a la pintora madrileña, con quien el autor comenzó una amistad que los llevó a colaborar también en obra, en una edición cuidada que trata con cariño al lector en la elección del papel para portada e interiores. En estos ensayos se habla (entre otras cosas) sobre Miguel Ángel y el sexo de Cristo, sobre la Escultura para ciegos de Brancusi y como puede imprimirse dolor en una piedra, sobre su idea de amaestrar a una vaca y hacerla caminar por una soga, o sobre un recorrido que, haciendo pie en la pintura de bodegón, nos lleva desde la geometría euclidiana al infinito fractal. Para aquellos que hayan disfrutado de sus libros Mirar o El tamaño de una bolsa (me cuento entre ellos, ya que hasta incluso he musicalizado un poema de Beger) encontrarán en este hermoso libro editado por Árdora Ediciones a un Berger íntimo y totalmente inspirado. He quedado también con mucha curiosidad por el resto del catálogo de la editorial, que cuenta con otros libros de Berger y de otros autores igual de interesantes (Paul Eluard, John Cage, Robert Creeley, entre otros). + Leer más |
Este libro es uno de los pocos casos en el que existió primero la gallina y después el huevo. Me explico, el ilustrador alemán, Quint Buchholz, primero pintó todas pinturas que se pueden ver dentro de estas páginas y después la editorial le envió una a cada autor/a para que escribiera un relato basado en ella. En total son cuarenta y seis relatos, todos de diferentes autores. Algunos autores y autoras son muy conocidos, tenemos por ejemplo a Susan Sontag, Ana María Matute, David Grossman y Milan Kundera. Todas las ilustraciones tienen algo en común: los libros o su forma de representarlos, como la máquina de escribir. Las pinturas son en su mayoría surrealistas, por lo que pensé que los relatos - no son cuentos - iban a ir por ese lado también. Nope, estaba equivocada. Algunos escritores escribieron lo obvio, lo que se ve en la imagen y ya está. Yo pensé que iban a dejar volar la imaginación y darme algo surrealista o fantasioso también. Otros sí escribieron un relato del tipo fantástico, porque la imagen que les tocó se prestaba para eso, pero igual no me convencieron. De los cuarenta y seis relatos solo me gustaron un puñado, pero tampoco es que me encantaron. A la hora de hacer la reseña no me puedo acordar de ninguno en concreto, así de olvidables fueron. Sí puedo decir cuál de todos me pareció el peor y fue el que escribió Milan Kundera. Pensé que al ser un libro sobre libros lo iba a disfrutar más pero no fue así. Las ilustraciones las amé, los relatos no tanto. + Leer más |
«Solo hay que saber leer y ver» José María Guelbenzu En el invierno de 1996, el escritor y editor Michael Krüger envió a cuarenta y seis escritores de diferentes países un número igual de dibujos del gran ilustrador alemán Quint Buchholz. Los dibujos tenían un tema común: el libro. El resultado es este volumen, poco habitual, en el que son los escritores los que ilustran las imágenes. Y los narradores que se prestaron a esta original propuesta son, además, algunos de los mejores del mundo: John Berger, Jostein Gaarder, Milan Kundera, Herta Müller, Orhan Pamuk, W. G. Sebald, Susan Sontag o Charles Simic, entre otros muchos. También hay nueve escritores españoles, y son también magníficos: José Agustín Goytisolo, Javier Marías, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite, Gustavo Martín Garzo, Ana María Matute, Eduardo Mendoza, Anna María Mox y Javier Tomeo. No conocía esta recopilación de ilustraciones de Quint Buchholz y mucho menos los relatos que surgieron, por supuesto ni idea de tal recopilación. Pero como todas las cosas maravillosas de este mundo, surgió cuando estaba aburrida. Sí, yo aburrida, quién lo diría. Me llevé un libro a la sala de espera del hospital, pero el retraso fue considerable y me acabé la lectura. Saqué mi tablet y me puse a brujulear por la biblioteca online hasta que encontré este sorpréndete libro. ¿Qué ves en esta imagen? Les preguntaron a todos esos conocidísimos escritores, un poco al estilo del famoso test de Rorschach, ¿podríamos decir que cada relato oculta algo de la personalidad del autor? Sí, problemas de relaciones, miedos, heridas abiertas…, incluso los dos que no me gustaron, son significativos. ¿Por qué los autores no profundizaron más en ellos? ¿Por qué se limitaron a describir lo que se ve a simple vista? Interesante lectura. No me gustaron nada, pero me cuentan mucho, los relatos de Eduardo Mendoza y John Berger. Y como el que no quiere la cosa, dejo aquí una idea. ¿Por qué no repetir con los increíbles ilustradores con los que colabora Nórdica Libros y los escritores del panorama nacional? ¿No saldría una joya? + Leer más |
"El libro de los libros", solo con ese título ya dan ganas de saber qué habrá dentro. No sé a vosotros, pero a mí cualquier libro que trate o hable sobre otros libros ya me llama la atención. Pero este es diferente. Enviaron un dibujo del famoso ilustrador Quint Buchholz a 46 escritores y escritoras de todo el mundo para que escribieran un texto sobre esa imagen. Todos los dibujos tenían un tema en común: el libro. Los autores aceptaron y así fue como nació esta obra tan especial, una mezcla de relatos muy diferentes entre sí junto al evocador arte de Quint. Una recopilación llena de creatividad, imaginación e ingenio. Me ha resultado muy curioso ver como una ilustración puede proyectar narraciones tan diferentes. ¿Alguna vez habéis inventado una historia a partir de una sola imagen? Antes de leer cada relato me gustaba mirar el dibujo y pensar qué hubiera inventado yo, cuál era la historia que despertaba en mí. Y después era emocionante descubrir lo que había significado para otra persona, qué sensaciones había provocado en ella... Y también estaba la curiosidad de ver qué había escrito ese autor o autora que tanto me gusta o descubrir a ese otro tan famoso del que aún no había leído nada. Como en todos los libros de relatos siempre hay algunos que te gustan más que otros, sobretodo en este en el que han participado personas tan diferentes entre sí. Pero la edición es preciosa, una obra de arte en sí, y la idea me parece de lo más original. Creo que vale mucho la pena para descubrir a diferentes escritores y para tenerlo en nuestra biblioteca y hojearlo de vez en cuando, pudiendo así volver a disfrutar de las ilustraciones y de nuestras historias favoritas. Las mías han sido las de George Steiner, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Gustavo Martín Garzo, Milorad Pavic, Antonio Tabucchi, Elke Heidenreich y Susan Sontag. + Leer más |
Modos de ver es un conjunto de ensayos emblemático para cualquier persona interesada en el arte contemporáneo, la estética y la comunicación visual. De hecho, yo lo había tenido en mi lista de lecturas pendientes desde que cursé la materia de Estética en la carrera y mi profesor lo recomendó junto a otras lecturas. Modos de ver se basa en el programa de televisión homónimo que John Berger dirigió en 1972 y que, debido a su éxito, adquirió forma de libro. Este se compone de siete ensayos, cuatro escritos y tres visuales, en los que Berger reflexiona sobre "cuatro aspectos de la interpretación de la pintura al óleo: su origen relacionado con el sentido de la propiedad, el uso continuado de la mujer como objeto pictórico, la relación entre la herencia visual de la pintura y la publicidad y, finalmente, la transformación del significado de la obra original en el marco de sus múltiples reproducciones" (cita de la editorial). El primer ensayo bebe directamente de la obra de Walter Benjamin La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y, si uno está familiarizado con el filósofo alemán, verá que el ensayo de Berger es una adaptación divulgativa de las ideas de Benjamin, de hecho, al final del texto una nota al pie indica la filiación del ensayo, hecho que me gustó, ya que las correspondencias eran inmensas. Los otros ensayos escritos me resultaron más interesantes porque no estaba tan familiarizada con los temas. Todos ellos se leen sin dificultad para un lector que muestre interés y se esfuerce un poco en comprender. Los temas se tratan de forma divulgativa, pero sin caer en la simpleza, y por ello no resulta una lectura facilona o ligera. No dejan de ser, al fin y al cabo, textos que recogen un posicionamiento crítico en torno al arte, la estética y la imagen visual. La presencia de imágenes, por otra parte, que se intercalan en el texto y se comentan o lo complementan ayuda a comprender mejor las ideas que se intentan transmitir. No obstante, creo que es un error que, al menos, en la edición en español, estas se presenten en blanco y negro, pues dificulta apreciar los detalles de las obras.Los ensayos visuales, compuestos por reproducciones de cuadros y fotografías de todo tipo y tiempo, carecen de título o cualquier tipo de nota orientativo. De este modo, el lector ve las imágenes y teje su propia reflexión, buscando un hilo conductor entre ellas. Creo que es una manera muy interesante de hacer pensar al receptor de la obra.En definitiva, recomiendo la lectura de Modos de ver porque es una reflexión lúcida y moderna acerca de la imagen y la visión, que se encuentra vigente hoy en día y que nos sirve para analizar cómo y qué vemos cuando miramos una imagen.
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“La vista llega antes que las palabras”. con este libro aprendemos que la visión de cada individuo esta condicionada por el entorno en el que se desarrolla. A lo largo de la lectura nos va explicando como históricamente por medio de la vista nos venden los productos que a veces no son necesarios.
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Berger ve en la pintura el sentimiento de lo inacabado y de la fragmentación de lo real. Lo que le distingue de otros críticos o historiadores es su sensación de habitar un mundo enfermo pero no tan mísero y agotado como para no abrirse a la fantasía.
Enlace: https://elpais.com/cultura/2.. |
En este libro, el autor nos habla de la actividad profesional del doctor John Sassall en una comunidad rural inglesa. Durante un tiempo, él y el fotógrafo John Berger, acompañaron a este médico en su dia a dia. Vieron con sus propios ojos como interactuaba con sus pacientes, como los trataba y cual era la relación con ellos. En definitiva, que era lo distintivo en su modo de actuar que lo convertía en tan buen médico. Este seguimiento y la convivencia con él, dieron como resultado las reflexiones y meditaciones del escritor sobre esta profesión, que también están recogidas en el libro. Por último, las increíbles fotografías de Jean Mohr acompañan el texto, y nos hablan desde los momentos capturados en ellas. |
El platillo llamado Duelos y Quebrantos (torta de huevos, jamón y chorizo) aparece en: