La intuición de la isla: Los días de José Saramago en Lanzarote

No me considero una gran fan de Saramago, pero puedo decir que, después de leer el libro del que os vengo a hablar, se me ha creado la necesidad de leer TODO lo que escribió este hombre

@pilardelriosanchez narra en este libro "los días de José Saramago en Lanzarote". Anécdotas, las personas que les visitaron en A Casa, sus perros, tertulias, comidas de Navidad, desayunos de rutina, los árboles del jardín, el Nobel concedido, sus viajes, congresos, encuentros políticos y culturales dentro y fuera de Lanzarote, las malas rachas de salud... En fin, la vida vivida durante todos los años que Saramago vivió en la isla contados por quien mejor conoce esos años, por quien los vivió a su lado. Aquí hago un inciso para hablar del estilo narrativo: Pilar utiliza en todo momento la tercera persona, se convierte en narradora omnisciente y no se incluye en los hechos narrados(a pesar de haber estado presente en casi todos). Este estilo, lejos de hacer del relato algo frío y distante, lo dota de un toque tierno, íntimo y personal que lo convierte en una lectura muy dulce. Pilar no aparece más allá de cuando escribe -manteniendo la tercera persona- "el matrimonio Saramago", pero a pesar de ello están muy presentes ella y el amor y admiración qué siente por José.

Leyendo este libro conoceremos los porqués de que Saramago y Pilar acabaran viviendo en Lanzarote, recorremos la isla con el escritor, pero también entramos en ese espacio íntimo que es su casa, A Casa, y al entrar en esa intimidad también recorremos ese espacio, más íntimo aún, que es la mente creadora de Saramago, los cómo, los cuándo y los porqués de las obras que se gestaron en la isla (aunque también hay referencias a obras anteriores).

De esta manera no solo conoceremos al escritor, también al hombre y al ser humano: sus creencias, reivindicaciones y su firme propósito de conseguir un mundo mejor.

La obra está dividida en capítulos cortos, en apariencia desordenados, pero que van tejiendo toda una vida. No hay desorden, si yo intentara contar una etapa concreta de mi vida también iría hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, ya que todo presente está condicionado por el pasado y no podemos poner fronteras claras ni saber qué hubiera sido de nosotras hoy sin nuestro yo de ayer.
Hay capítulos que despiertan sentimientos variados, como variados son los momentos que narran. Algunos causan sonrisas como "Pepe Greta y Camoens" ( los perros de A Casa); otros tristeza como "La piedra negra"; también encontraremos nostalgia, por ejemplo en "Aquellas pandillas"; no faltará la ternura cotidiana envolviendo momentos históricos ni la emoción hasta casi las lágrimas.

Lo que si comparten todos los capítulos es el cariño y admiración de quién los escribe (y de sus muchos amigos de todos los ámbitos) hacia el hombre, escritor, compañero, pensador y activista por la dignidad, compasión, respeto y solidaridad que fue (es) José Saramago.

Completan y complementan este libro fotografías de algunos de los momentos narrados y la Carta Universal de los Deberes y Obligaciones de las Personas basada en la propuesta de José Saramago en el discurso del Nobel,

Las que habéis seguido mis historias ya lo sabéis, pero lo repito: menuda gozada de libro, qué gusto da leerlo y, aparte de la necesidad de leer a Saramago que ya he mencionado, qué buen rollo y qué buen cuerpo te deja esta lectura. Os la recomiendo encarecidamente.

Regalo de las pasadas Navidades al que por fin le ha tocado su turno. Se trata del libro escrito por la periodista y viuda del escritor José Saramago tras su muerte, un sincero homenaje a sus años “A casa”, su hogar en la isla de Lanzarote.

Este ensayo cuenta a retazos los últimos años de la vida de José Saramago, desde el momento en que toma junto a su mujer la decisión de irse a vivir en Lanzarote después del desplante del Gobierno portugués tras la publicación de su “Evangelio según Jesucristo” hasta la creación de la casa-museo ya muerto él. En Lanzarote Saramago encontró un paisaje a su justa medida, y en A casa disfrutó de un espacio donde seguir creando pero también en el que recibir a todo aquel que quisiera pasar a visitarle, como Bertolucci, Salgado, Carrillo o Gonçalves entre muchísimos otros. Una gran pena para el escritor fue la de no conocer a uno de los mayores defensores y cuidadores de la isla, César Manrique, por cuestión de días, pero a pesar de ello no dudó en defender su trabajo a ultranza como buen hacer en lugares donde el turismo de masas podría terminar por destruirlo todo. La propia isla le agradeció con creces el haberla elegido como lugar que habitar, y por ello mismo le hicieron hijo adoptivo.

Entre cientos de viajes y eventos, Saramago disfruta de sus días en la isla junto a sus tres perros, cada uno con sus propia personalidad bien diferenciada, sus paseos por Tías para comprar el pan y hablar con los lugareños o sus habituales visitas turísticas a Timanfaya, Jameos del agua o la Fundación César Manrique. En sus últimos años volvió a pasar largas temporadas en Lisboa, sede también de la Fundación a su nombre, aunque siempre guardaría un lugar especial en su corazón para su isla.

Esta lectura y el posterior visionado del documental “José y Pilar” me ha hecho reflexionar sobre la importancia de esas figuras a la sombra de los grandes creadores que, si tuvieran que dedicarse por sí mismos a “las cosas de la vida” (algo así decía José en el documental) no tendrían tiempo para poder crear su obra. Es la de Pilar una figura fundamental, que le lleva la agenda, traduce sus obras, contesta su correo y le acompaña en multitud de actos, aunque por sí misma también tenga una profesión que sacar adelante. Realmente hay mucho amor en toda esa organización de vida, y este libro es un ejemplo de ello.

La intuición de la isla, de Pilar del Río, nos narra la vida de José Saramago en Lanzarote. Nadie mejor que ella, compañera de vida, presidenta de la Fundación José Saramago y traductora de muchas de sus obras, para acercarnos al escritor.
Libro esencial para los amantes de la buena literatura, en especial para los seguidores de la obra del autor portugués.
Antes, por sus textos, conocíamos al genio. Ahora, gracias a este libro, conocemos al ser humano.
Muy buen libro.