La intuición de la isla: Los días de José Saramago en Lanzarote

Regalo de las pasadas Navidades al que por fin le ha tocado su turno. Se trata del libro escrito por la periodista y viuda del escritor José Saramago tras su muerte, un sincero homenaje a sus años “A casa”, su hogar en la isla de Lanzarote.

Este ensayo cuenta a retazos los últimos años de la vida de José Saramago, desde el momento en que toma junto a su mujer la decisión de irse a vivir en Lanzarote después del desplante del Gobierno portugués tras la publicación de su “Evangelio según Jesucristo” hasta la creación de la casa-museo ya muerto él. En Lanzarote Saramago encontró un paisaje a su justa medida, y en A casa disfrutó de un espacio donde seguir creando pero también en el que recibir a todo aquel que quisiera pasar a visitarle, como Bertolucci, Salgado, Carrillo o Gonçalves entre muchísimos otros. Una gran pena para el escritor fue la de no conocer a uno de los mayores defensores y cuidadores de la isla, César Manrique, por cuestión de días, pero a pesar de ello no dudó en defender su trabajo a ultranza como buen hacer en lugares donde el turismo de masas podría terminar por destruirlo todo. La propia isla le agradeció con creces el haberla elegido como lugar que habitar, y por ello mismo le hicieron hijo adoptivo.

Entre cientos de viajes y eventos, Saramago disfruta de sus días en la isla junto a sus tres perros, cada uno con sus propia personalidad bien diferenciada, sus paseos por Tías para comprar el pan y hablar con los lugareños o sus habituales visitas turísticas a Timanfaya, Jameos del agua o la Fundación César Manrique. En sus últimos años volvió a pasar largas temporadas en Lisboa, sede también de la Fundación a su nombre, aunque siempre guardaría un lugar especial en su corazón para su isla.

Esta lectura y el posterior visionado del documental “José y Pilar” me ha hecho reflexionar sobre la importancia de esas figuras a la sombra de los grandes creadores que, si tuvieran que dedicarse por sí mismos a “las cosas de la vida” (algo así decía José en el documental) no tendrían tiempo para poder crear su obra. Es la de Pilar una figura fundamental, que le lleva la agenda, traduce sus obras, contesta su correo y le acompaña en multitud de actos, aunque por sí misma también tenga una profesión que sacar adelante. Realmente hay mucho amor en toda esa organización de vida, y este libro es un ejemplo de ello.