El pasado forma parte de lo que hoy somos, y no debemos renunciar a él ni dejar que caiga en el olvido.
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El pasado forma parte de lo que hoy somos, y no debemos renunciar a él ni dejar que caiga en el olvido.
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Nos solemos quejar de lo dolorosos que nos resultan ciertos recuerdos, pero apuesto a que no tener ninguno es mil veces peor.
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Si no tengo tu luz para guiar mis pasos, ¿qué puedo esperar de este mundo? Es seguro que me perderé en su oscuridad.
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De todos modos…estando en una ciudad tan hermosa como esta, poco sentido hallo en hablar del pasado o el futuro, que solo existen en nuestras mentes, como meros recuerdos o vaticinios. El presente, eso es lo que importa, eso es lo único que es, pese a cambiar de forma cada segundo.
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No dejéis que pase ni un solo minuto de aquí en adelante sin ser conscientes del profundo amor que os tenéis. En algún rincón de vuestro corazón lo recordaréis…siempre.
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-O sea, que discriminamos las cuestiones del corazón de todas las demás inherentes al ser humano -cuestionó los argumentos de Jane- ¿Pero acaso no forman también parte de nuestras vidas? Por lo que tengo entendido o al menos en lo que he escuchado decir a personas realmente enamoradas como mi hermano Collin. El romance es parte consustancial de nuestra felicidad.
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—El amor… —también él vaciló antes de proseguir— es un sentimiento que, a mi modesto modo de entender, resulta de lo más efímero. Y si se basa en él a la hora de plantearse aceptar o no a un marido, bien podría verse lamentándolo el resto de su vida. En cambio, si tomara la decisión en base a un mutuo acuerdo de índole económica, al común interés de las familias, ¿no tendría esa entente una mayor probabilidad de éxito y por tanto de felicidad futura? Cuando el amor toma parte en la alianza, es mucho más fácil caer en la decepción —dijo lentamente, muy seguro de su discurso—. Si, como ha dado a entender la esposa de mi padre, el sobrino de su padrastro se ha dirigido a usted con la petición de hacerle cambiar su apellido al de Seymour, debería meditar con buen juicio su respuesta definitiva. —Eso plantea un inconveniente que no me creo capaz de superar. —¿Y cuál es? —preguntó Robert con curiosidad. —Tendría que aprender a hacer unas eses más bonitas —bromeó Jane—. Es una letra que siempre se me enreda al escribirla: se enrosca de una manera poco delicada, como una serpiente a punto de lanzarse sobre su desvalida presa —añadió antes de mitigar con su brazo el ataque de un ofidio. —Le estoy hablando en serio —se quejó Galloway. —Si prefiere que yo también adquiera un tono más grave, le diré que, por lo que entiendo, usted propone que me venda por una fortuna o un título, como han hecho otras antes que yo.(…) —No, solo le digo que debería contraer matrimonio para asegurarse un futuro bienestar —concretó él en tono de suave reproche. —Pues para disgusto de mi bien estar, señor Galloway, Jane Saymour no es un nombre que suene bien a mis oídos. + Leer más |
—Hmm…Espero que no fueras uno de esos clasistas estirados del XIX. Igual estabas acostumbrado a que te siguieran a ti y por eso te sientes raro yendo tú de escolta —comenté medio en broma medio en serio. —Confío en no haber dado muestras jamás de ser un clasista estirado. —A juzgar por la expresión divertida de su rostro, Duncan no hubiera sido capaz de jurar tal cosa sobre la Biblia—. Pero, si lo fui, creo que no deberías arrogarte el derecho de criticar por ello: las épocas son las que, en gran medida, establecen las convenciones e incluso la moralidad; lo que está bien y lo que está mal. Si intuyó que sus palabras me iban a servir como de acicate, no le faltaba razón. —Las épocas no, las personas que tienen el poder en cada época. |
Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.