Te odio por no recordar lo nuestro, por dejarme sola en una historia que era de los dos
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Te odio por no recordar lo nuestro, por dejarme sola en una historia que era de los dos
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A veces solo es necesario prestar un poco de atención al universo para ser capaz de escucharlo.
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“El presente; eso es lo único que importa, eso es lo único que ‘es’, pese a cambiar de forma a cada segundo”.
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Entendí lo que quería decir. Los recuerdos son traicioneros cuando nada físico los retiene: terminan por escaparse, como arena entre los dedos.
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No sea tan dura consigo misma. Piense menos y sienta más…Solo se vive una vez, y la compañía que nos procuremos en ese tiempo puede valer más que todo el oro del mundo. No se conforme con menos.
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Es que, dulce amiga, la cara no es como dicen por ahí el espejo del alma…todos llevamos dentro cientos de caras, y nos las vamos cambiando según nos convenga más calzarnos una u otra. Adaptarse o morir.
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Pero tener fe no es algo que se elija: se tiene o no se tiene
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A veces solo es necesario prestar un poco de atención al universo para ser capaz de escucharlo
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Muchas veces había cavilado sobre la influencia que las vidas de los demás pueden tener en la nuestra, cómo un pequeño o gran giro en el camino de alguien a quien quizás ni tratamos determina quiénes seremos en el futuro y dónde acabaremos.
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Tenían por delante todo un futuro juntos, y no se imaginaba viviéndolo sin ella. Aquello no podía ser el final de su amor. Era imposible. Era injusto
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.