El invierno del comisario Ricciardi

Ha sido todo un placer conocer al comisario Ricciardi y su Nápoles del año 1931, con el fascismo en Italia en su época de gloria. ⁣⁣
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“𝐔𝐧 𝐩𝐨𝐥𝐢𝐳𝐨𝐧𝐭𝐞 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐥𝐢𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐡𝐨𝐧𝐫𝐚𝐝𝐨, 𝐜𝐨𝐦𝐛𝐢𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐫𝐚𝐫𝐚 𝐲 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐚” ⁣⁣
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Nada más empieza ya conocemos qué es “El Asunto” que lo hace diferente y del que no quiero desvelar mucho porque es mejor descubrirlo poco a poco. Ricciardi está lleno de silencios, huye de lugares atestados y no cree en el destino (mejor creer en los hombres y en sus emociones). Por esto, este libro es más introductorio y tiene un ambiente serio, más sobrio. ⁣⁣
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La investigación se centra en el asesinato del tenor Vezzi -amigo personal de Mussolini y con un talento sin par- en su camerino del Teatro San Carlo. Aquí nos encontramos con amor: amor por la ópera sanguinario y despiadado, amor como enfermedad mortal pero necesario, un amor en el fondo del alma y “una gracia divina que la música lleva de la mano hasta donde las mentes no saben llegar”. ⁣⁣
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Al comisario lo acompañan personajes secundarios como Maione, la tata Rosa o Enrica desde su ventana que estoy segura que en libros posteriores tendrán aún más peso. ⁣⁣
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No es un libro con grandes giros, sino pequeñas investigaciones que llevan a una resolución final, y que engancha en ocasiones gracias a las peculiaridades del comisario y a la ambientación de la época. ⁣⁣
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No puedo asegurar que sea un libro que te cambie la vida (no lo busca), pero con el que pasas un buen rato investigando, intentando ponerte en la piel de Ricciardi y hasta acabas saboreando una sfogliatella en el Caffè Gambrinus. ¿Por qué siempre acabo hablando de comida cuando hay comisarios italianos por medio?⁣⁣
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✨ 𝘐𝘰 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘶𝘦 𝘷𝘰𝘨𝘭𝘪𝘰, 𝘢𝘭𝘭'𝘪𝘳𝘢 𝘮'𝘢𝘣𝘣𝘢𝘯𝘥𝘰𝘯𝘰, 𝘪𝘯 𝘰𝘥𝘪𝘰 𝘵𝘶𝘵𝘵𝘰 𝘭'𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘮𝘪𝘰 𝘧𝘪𝘯ì...⁣⁣

Una buena novela negra de las que me encantan..de las que van pausadas y se centran en los personajes y no en dejar sin respiración con giros imprevistos al lector...un comisario más que peculiar.


Hombre de pocas palabras, solitario y terco, ha heredado de su madre un extraño poder: ve el último gesto de las víctimas de muerte violenta y escucha sus últimas palabras. Ese don le permite meterse de lleno en las investigaciones, pero le obliga a compartir parte del dolor de quien ha muerto.