Primero descubre de que eres capaz y luego decide quién eres
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Primero descubre de que eres capaz y luego decide quién eres
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Durante toda mi vida ese instinto me había enseñado una única doctrina : que las posibilidades son mejores si confías solo en ti misma.
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Mi vida la narraban otras personas, sus voces eran persuasivas, enfáticas, categóricas. No se me había ocurrido pensar que la mía podía ser igual de fuerte que las suyas.
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Mi padre contaba una historia acerca del pico, antiguo y grandioso como una catedral. Si bien en la cordillera había otros más altos e imponentes, Buck’s Peak era el de factura más bella. Con una base que se extendía un kilómetro y medio, su masa oscura surgía de la tierra y se elevaba para formar un chapitel perfecto. Desde cierta distancia se distinguía la huella de un cuerpo femenino en la cara de la montaña: las enormes quebradas constituían las piernas; el pelo era un conjunto de pinos dispuestos en abanico sobre la cresta septentrional. Su actitud era imperiosa, con una pierna adelantada en un movimiento vigoroso, más una zancada que un paso.
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El sentimiento de culpa es el miedo a nuestra propia vileza.
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Había llegado a convencerme de que la capacidad de evaluar muchas ideas, muchas crónicas, muchos puntos de vista era la base de lo que significa crearse a una misma. si cedía, perdía algo más que una discusión. Perdería la custodia de mi pensamiento.
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Podéis llamarlo transformación. Metamorfosis. Falsedad. Traición. Yo lo llamo una educación.
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Ignoro si la separación es permanente, si algún día encontraré la manera de volver; en cualquier caso, me ha aportado tranquilidad. Esa tranquilidad no ha sido fácil de conseguir. Pasé dos años enumerando los defectos de mi padre, actualizando la cuenta sin cesar, como si la lista de rencores, de actos reales o imaginados de crueldad, de desamparo, fuera a justificar la decisión de apartarlo de mi vida. Creía que al justificarla quedaría libre del asfixiante sentimiento de culpa y volvería a respirar. |
Me había construido una vida nueva, y además feliz, pero experimentaba un sentimiento de pérdida que iba más allá de la familia. Había perdido Buck’s Peak, no al marcharme, sino al marcharme en silencio. Me había retirado, había huido al otro lado del océano y había permitido que mi padre contara mi historia por mí, que me definiera ante todas las personas que yo conocía. Había cedido demasiado terreno: no solo la montaña, sino toda la región de nuestra historia compartida.
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El futuro podía ser diferente del pasado. Incluso el pasado podía ser distinto del pasado, puesto que mis recuerdos podían cambiar.
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...