Vozdevieja

Me he quedado con el vacío de querer continuar la voz de Marina, acompañarla en su nueva etapa como adolescente que ya no viste vestidos de niña, me he quedado con ganas de saber más pero al final lo bonito de este libro es que te hace que acompañes a la protagonista en los meses previos a su punto de inflexión: el de pasar de niña a adolescente.
Pero Marina es mucho más que esa imagen repipi repleta de rarezas y carencias socioafectivas. Marina es la relación con su abuela, con las amigas de la misma, la mala relación con su padre y la magnífica con el novio de su madre, el trato de la enfermedad de su madre y la madurez de la niña por encima de la adulta, pero sobre todo, Marina resulta ser un cóctel de infancia y despertar sexual, de adaptación a lo social, de descubrimiento de lo adulto desde, aún, el prisma infantil.
En Vozdevieja no se trata solo lo cotidiano de una niña sevillana en un verano caluroso del 92, en este libro se tratan temas importantes, que inducen a profundas reflexiones si se quiere dar lugar a ellas, porque sobre todo es sutil, entre esa sintaxis simple y atropellada, y los sucesos más cotidianos, algunos escatológicos, se vislumbra las reflexiones de una niña sobre lo que supone ser niña al margen de lo normativo, con sus rarezas, con su gustos, con sus deseos e inquietudes pero también sus preguntas acerca de la vida, la muerte, las relaciones, la enfermedad, el sexo. En fin, una maravilla de obra que te envuelve y abraza para fundirse en ti. de estos libros que pasan a formar parte de la experiencia propia.

🏵️ "Hay momentos que se olvidan y otros que se recuerdan. Esa distinción me inquieta. Nunca sé lo que va a permanecer" 🌺

#vozdevieja es lanzarte al agua fría una tarde de calor. .
Es volver a las noches de verano en las que dormía con mi abuela. A su transistor siempre encendido, a sus ronquidos. A las vacaciones en Alicante y la piscina comunitaria.

También a la ropa que nos hacía mi otra abuela (como la camiseta de la foto) o al armario de la Chabel que había en su casa.

Hace tiempo escribí sobre esa radio. Y sobre esas noches de verano que he vuelto a recordar ahora. Ojalá haber escrito entonces todo aquello.

Gracias a Elvira victoria por la frescura y la autenticidad de Marina. Por las conversaciones con su abuela y los diálogos consigo misma. Por el regreso a las noches de verano y al lugar común de la infancia que vivimos en los ochenta.

La infancia tiene sus peculiaridades, sus incertidumbres, sus miedos, pero según vamos avanzando vamos dejando atrás todo eso y nos convertimos en lo que nos gustaría ser. Una historia peculiar, diferente, a veces incluso chocante. El día a día de la joven protagonista y cuyo final me ha llegado de imprevisto, quedando a la espera de respuestas que no llegan a evidenciarse.

En este libro conoceremos a Marina una niña de 9 años a la que llaman voz de vieja, no solo por su voz cascada, también por el uso de expresiones propias de anciana. Marina es muy peculiar y tiene una personalidad tan viva y tan fuerte que parece adulta.

Iremos viviendo con ella como va descubriendo su identidad, el sexo y el amor hacía los que la rodean.
Marina sabe que su madre está enferma y convive con la situación de una manera admirable.

Con esta lectura he revivido momentos de mi niñez que guardo con especial cariño.
He disfrutado mucho de la relación de Marina y su abuela, me he identificado mucho en ciertos momentos.

En el tema del sexo no he logrado empatizar demasiado, aunque creo que eso cada persona lo vive de una manera diferente.

Es una lectura sencilla y ágil. Y la he disfrutado mucho. Podría haber seguido engancha a la juventud de Marina muchas más páginas