—No lo sé, me dijo que si él tuviera una mujer como la mía, no le quitaría los ojos de encima. Esto, después de la charla tan extraña que estábamos teniendo, me sonó a amenaza, así que cuando le pregunté que diantres quería decir, me habló de tus galanes americanos, tuvo una buena salida, pero a mí me acabó de cabrear un poco más.
|