Sólo acepto lo que suena y se cuenta.
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Sólo acepto lo que suena y se cuenta.
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Yo también detesto la política, pero qué quiere. Cuando la gente de trabajo se abstiene y deja la política a los políticos el país se va al diablo
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... como siempre estuvo midiendo el agua de la ducha con el pie un buen rato y acabó entrando a poquitos; se jabonó sonriendo, acordándose de la señora: las patitas, las tetitas, el potito.
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Había seguido de colectivero sólo tres semanas más, lo que duró la carcocha. Ésta se paró del todo una mañana, a la entrada de Yarinacocha, luego de humear y estremecerse en una brevísima y chirriante agonía de latas y eructos mecánicos. Alzaron la capota, se le había fundido el motor.
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... un escritorio con una lamparita sin pantalla, paredes desnudas, una fotografía de Odría envuelto en la banda presidencial como un bebé en un pañal. Retrocedió, miró su reloj, las doce y media...
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...se habían robado a su perro, se lo habían arranchado a su señora de las manos, el hombre respinga asustado, carajo esto no se iba a quedar así.
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... recorrió los estantes del zaguán, hojeó los libros averiados por el tiempo, las revistas descoloridas.
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La mujer abrió una ventana, entró una lengua de sol. Todo estaba gastado,... La mujer murmuró permiso y se esfumó en la boca oscura de un pasillo.
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- Carambolas - dijo Arispe -. Qué voz de ultratumba, mi señor. - Tuve una fiesta y estoy con todos los muñecos - dijo Santiago -. No he dormido nada . |
¿Qué más que valiera la pena, Zavalita, qué más que sobreviviera?
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Como agua para chocolate