¡Oh, mi amigo!, el cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Flotan brumosas y grises melancolías... Pero ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo! ¡Hasta la vista!. |
¡Oh, mi amigo!, el cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Flotan brumosas y grises melancolías... Pero ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo! ¡Hasta la vista!. |
—Tengo una idea con la que podría escribir el cuento más hermoso del mundo. Permítame escribirlo aquí. ¡Es una idea maravillosa!
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Aunque había hecho todo lo posible, no había hecho lo que deseaba.
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Sobre todo los que escriben y se tienen por graciosos, no dejan pasar nunca la ocasión de decirte que las mujeres deben dejar la pluma y repasar los calcetines de sus maridos, si lo tienen, y si no, aunque sean los del criado.
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Una buena novela no debe tener desenlace, como no lo tiene, de ordinario, la vida. "Y va de cuento" Migue de Unamuno |
Más adelante, a esta alegría de crear se mezcla un poco de tristeza, el pesar de no haber dicho todo lo que se quería decir. La obra que uno tenía dentro de sí parece siempre más bella que la que se realiza. ¡Se pierden tantas cosas en ese viaje de la cabeza la mano! en las profundidades de los sueños, la idea del libro se parece a esas hermosas medusas del Mediterráneo que vagan por el mar luciendo sus matices flotantes; sobre la arena, no son más que agua, unas gotas desteñidas que, al instante, seca el viento. El último libro, de Alphonse Daudet |
Aquiles es héroe porque le hizo tal Homero, o quien fuese, al componer la Ilíada. Somos, pues, los escritores —¡oh, noble sacerdocio!— los que para nuestro uso y satisfacción hacemos los héroes, y no habría heroísmo si no hubiese literatura. eso de los héroes ignorados es una mandanga para consuelo de simples. ¡Ser héroe es ser cantado! Y va de cuento, de Miguel de Unamuno. |
Todos escriben y de todo. Las musas se han desencadenado. Hay más libros que arenas tiene el mar, más genios que estrellas tiene el cielo y más críticos que hierbas hay en los campos. Cartas a Eduarda, de Rosalía de Castro |
La literatura es como una gran estación, ¿sabe? Sale un tren cada minuto. La gente no se queda dando vueltas por la sala de espera. Si no encuentras siento para ir a donde quiere ir, se va a otro lado. El ángel de la tumba, de Edith Wharton |
—No, no, solo necesito más tiempo. Quiero otra oportunidad. —¿Otra oportunidad? —Quiero una prórroga. —¿Una prórroga? El doctor Hugh repetía las palabras de Decombe, que parecían impresionarlo. —¿No se da cuenta? Quiero más de eso y amado «vida». Los años intermedios, de Henry James |
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises