Donde los dientes se afilan

“Bárbara, de barbarie…”, difícil imaginar un comienzo más osado y sugerente para una distopía, una novela de ciencia ficción, que, por supuesto, es mucho más que una novela de ciencia ficción. Poético, original hasta decir basta, con un apabullante dominio del lenguaje, DONDE LOS DIENTES SE AFILAN mixtura ciencia ficción con una complejidad de emociones y trama que supera con mucho la mera literatura de género. Originalísimo, sincrético en sus enfoques y géneros (en plural), tremendamente bello, casi lírico a veces, pero a la vez –cosa poco usual- atrapa desde inicio a fin, en un habilísimo trazado narrativo y con una voz arrobadoramente personal, poderosamente inteligente, seductora hasta el extremo.
Difícil seleccionar una sola cita, dos… tengo el libro (que devoré en dos días) plagado de doblecitos, arriba y abajo, y apenas puedo aspirar a ofrecer unas cuantas, no podemos citar el libro entero… puedes abrirlo por cualquier lugar y no hallarás una página exenta de hermosura y sabiduría.
“Me amaba tanto que su amor pasó a formar parte de su carisma, como un tatuaje que cuenta cosas”
“Hay cosas que deben ser pensadas […] Piensan los temerosos, los dudosos, los viejos…”
“Pero Bárbara es una de esas personas que todos tenemos en nuestras vidas, para cuyos ojos somos transparentes”
Una apuesta dialéctica, filosófica en lo profundo, muy valiente, muy dolorosa, sobre cómo sería realmente un mundo donde la (casi) eterna juventud fuera más que un sueño.
“Los nuevos brillaban con inocencia; los renacidos, con sorpresa”. ¿Cómo distinguir a alguien realmente joven de alguien que solo lo parece, es decir, lo muestra en su apariencia? Con una reflexión tan delicada como lúcida, tan dulce como dura.
No puedo comentar más sin terminar por desvelar lo que solo debe ser leído en el orden y concierto en que su maestra lo concibió. No esperen más para descubrir cómo la gran escritora que ya es Adelina Uribe nos muestra DONDE LOS DIENTES SE AFILAN.
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