La otra gente

Todos tenemos nuestras adicciones, cosas que valoramos más que la vida misma, aunque sabemos que con toda probabilidad acabarán por matarnos.

Estar desaparecido es como estar en el limbo. La persona se encuentra atrapada en un paraje extraño y sombrío donde la esperanza brilla con luz tenue en el horizonte, y la angustia y la desesperación sobrevuelan en círculos, como buitres.

Los actos de crueldad más abyectos nacen del amor más profundo.

Nadie sabe en realidad donde están sus límites hasta que se ve empujado a ponerlos a prueba. No sabemos hasta dónde seremos capaces de llegar por un ser querido.

Seguía haciendo cosas normales, cuando nada era normal en absoluto.

¿Por qué no podemos salvarlos a todos? [...] Tenemos que seleccionar y elegir, y a veces esas elecciones son difíciles. A veces ni siquiera se nos da la posibilidad de elegir.

Lo que destruye es la esperanza. Te devora por dentro como un parásito. Te deja colgando como un trozo de cebo sobre un tiburón.