Kanae regenta unos baños públicos, mientras sufre la depresión en la que le sumió la desaparición de su marido. Un ayudante que llegará para echarle una mano con el negocio, se convertirá en más que una simple ayuda. Este tipo de historias casan siempre conmigo. Me resultan muy afines y siempre logro empatizar mucho. Me hizo acordarme de las historias de Kazumi Yumoto. Durante toda la lectura pensaba que me gustaría leer una novela más extensa de este manga, indagar un poco más en los sentimientos de sus protagonistas. Había mucho más donde escarbar. Aún así, me ha gustado un montón. Por otra parte, inicialmente, el dibujo me chocó un poco. No terminaba de hacerme con él. Pero finalmente, he logrado cogerle el gusto. |