Ocurra lo que ocurra, siempre existirá un nosotros.
|
Ocurra lo que ocurra, siempre existirá un nosotros.
|
Es como si mi cerebro supiera que aún no puede pensar en eso, que todavía no soy lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a las consecuencias de este sentimiento abrumador, de estos hechos trascendentales. El temor persiste, el miedo a que la fría luz de la mañana nos obligue a ver las cosas como son de verdad: un error, un terrible error; el miedo a que no tengamos otra opción que enterrar esta noche como si nunca hubiera sucedido, transformándola en un secreto vergonzoso que tendremos que guardar durante el resto de nuestras vidas hasta que, frágiles por la edad, se convierta en polvo, en un recuerdo débil y distante, volátil como el rastro de las alas de una polilla en el cristal de una ventana, el espectro de algo que quizá nunca ocurrió, sino que vivió únicamente en nuestra imaginación.
|
Todo este tiempo, toda mi vida, ese camino duro y pedregoso me traía hasta este punto. Lo seguí ciegamente, tropezando a medida que avanzaba, magullada y cansada, sin idea alguna de adonde se dirigía, sin darme cuenta jamás de que a cada paso que daba más cerca estaba de la luz al final del largo y oscuro túnel. Y ahora que lo he alcanzado, ahora que estoy aquí, quiero cogerlo entre mis manos, aferrarme a él para siempre para poder recordar el punto en que mi nueva vida comenzó de verdad. Todo lo que siempre quise está aquí, ahora, atrapado en este instante. La risa, el júbilo, la grandeza del amor que sentimos. Éste es el comienzo de la felicidad. Todo empieza hoy.
|
(...) Cuando vean lo mucho que nos queremos, cuando se den cuenta de que siempre estuvimos destinados a estar juntos, cuando entiendan lo felices que somos, ¿Cómo podrán rechazarnos? Todas nuestras batallas tuvieron lugar para que pudiéramos alcanzar este punto, este momento exquisito en el que por fin abrazarnos, tocarnos el uno al otro, besarnos el uno al otro sin miedo a ser descubiertos, sin culpabilidad ni vergüenza, para compartir nuestros cuerpos, nuestro ser, cada parte de nuestra alma.
|
Siempre has sido mi mejor amigo, mi alma gemela, y ahora también me he enamorado de ti. ¿Por qué iba a ser eso un crimen? Quiero abrazarte y besarte y... Y hacer todas las cosas que hace la gente que está enamorada -inspira hondamente-. Quiero pasar el resto de mi vida contigo.
|
No quiero ponerle un nombre. Me niego a poner etiquetas que estropeen el día más feliz de mi vida. El día en que besé al chico que siempre ha estado en mis sueños pero al que nunca me he atrevido a ponerle cara. El día en que por fin dejé de mentirme a mí misma, en que dejé de fingir que el amor que sentía por él era de una clase concreta, cuando en realidad abarca todas las categorías de amor posibles. El día en que finalmente nos libramos de nuestras ataduras y nos abandonamos a los sentimientos que durante tanto tiempo habíamos negado sólo porque somos hermanos.
|
¿En qué momento se rinde una mosca y deja de intentar escapar a través de una ventana cerrada? ¿Acaso su instinto de supervivencia la empuja a seguir hasta que es físicamente incapaz de nada más, o al final, tras el golpe de gracia, aprende que no hay salida? ¿En qué momento decides que ya es suficiente?
|
(...) Y yo no soy mucho mejor. Puede que parezca segura y locuaz, pero paso la mayor parte del tiempo riéndome de chistes que no me parecen graciosos y diciendo cosas que en realidad no pienso, porque cuando acaba el día es lo que todos intentamos hacer: encajar, de un modo u otro, intentar aparentar desesperadamente que somos como los demás.
|
Pero aquí, a su lado, su cara dormida me recuerda que esto es lo único que importa, y que no estoy solo. Esto es lo que Maya quiere y esto es lo que quiero yo. Luchar contra ello es inútil, sólo servirá para hacernos daño. El cuerpo humano necesita un flujo constante de alimento, oxígeno y amor para sobrevivir. Si pierdo a Maya, pierdo esas tres cosas; separados, moriremos lentamente.
|
No sé cuándo empezó a sucederme esto, esta cosa, pero su intensidad aumenta, me envuelve, me sofoca como una hiedra venenosa. Crecí con ella, creció dentro de mí. Nuestros contornos se difuminaron, nos convertimos en algo amorfo, escurridizo, reptante.
|
¿Cuál es el apellido de los protagonistas?