El hotel de cristal

El hotel Caiette de Vancouver cambió la vida de Vincent. Siendo camarera conoció a Jonathan Alkaitis, un acaudalado hombre de finanzas. Una noche, aparece una pintada con una frase amenazante en un ventanal del hotel, a partir de ahí, las vidas de Vicent y de Jonathan se unirán en una atípica relación.
Es difícil comentar este libro sin destripar la historia, ya que hay ciertos puntos claves que es mejor que lleguen por sorpresa al lector, así que intentaré ceñirme a la sinopsis que la editorial nos facilita en la contraportada.

Vincent trabaja como camarera en el hotel Caiette, un gigante de cinco estrellas situado en la isla de Vancouver. Es allí donde Vincent y el dueño del hotel, Jonathan se conocen e inician una relación. Este, podríamos decir que es el comienzo de la historia de "El hotel de cristal", pero hacer esta afirmación sería demasiado simple, ya que esta historia comienza mucho antes. La historia en realidad comienza por Paul, el hermano de Vincent muchos años atrás en 1994.

En 2005, muchos años antes de que lleguemos a conocer el hotel Caiette, la autora nos va presentando personajes. al primero que conoceremos es a Paul, el hermano de Vincent. Y nos lo presenta de tal forma que mientras leemos, vamos pensando que él será el protagonista de la historia. Y alrededor de Paul gravitan otros tantos personajes, podríamos decir que son secundarios, pero a la larga, en "El hotel de cristal", cada personaje es clave para la concatenación de las circunstancias finales de la novela.

Vincent pasa de ser una camarera con una vida normal, a vivir el lujo y la opulencia de la mano del dueño del hotel, Jonathan Alkaitis. Su relación no es como en los cuentos de hadas, más bien es un contrato en el que el amor queda más bien lejos. O eso cree ella. Con él conocerá el lujo y se codeará con gente rica e influyente. Esta gente también es uno de los detonantes principales para la conclusión de la historia. Tendrá nuevas amistades que, como suele pasar en estos casos, Vincent se da cuenta tarde de que no lo eran.

"El hotel de cristal" es una novela claramente sobre la vida de los personajes que en ella conocemos. Son muy diferentes unos de otros. A simple vista podemos pensar que no tienen nada en común, pero conforme avanzamos la novela, vemos que sin ellos saberlo tienen unidas sus vidas incluso desde antes de conocerse. Todos están unidos por un mismo vértice en un momento de su vida: el hotel, el dinero o Jonathan Alkaitis. Aquí nos damos cuenta de que las casualidades no existen, y que en ocasiones parece que tenemos escrito nuestro destino, y que éste está unido a cierta gente.

En "El hotel de cristal", Emily St. John Mandel ha recreado la vida de la alta sociedad, destacando el lujo, las operaciones estéticas, las falsas amistades, las apariencias que casi siempre son engañosas, los escándalos y los amores que compra el dinero.

Pero también habla de la soledad. La autora logra resaltarlo de una forma casi poética en esta frase: "El silencio entre los dos se convertía en una tercera presencia, como si otra persona se hubiera abierto paso a codazos entre los dos y ocupara ese espacio".

La prosa de la autora es magnífica. Con palabras sencillas nos transmite la esencia y la personalidad de Vincent y el lector, gracias a esto, va a poder empatizar plenamente con el personaje.

Pero la historia de "El hotel de cristal" va mucho más allá de todo esto. Cuando el lujo se acaba y los personajes caen desde las altas esferas, es donde vemos realmente el interior de las personas, sin máscaras ni tapujos. Y es ahí donde aparecen los fantasmas, reales ¿o imaginarios?

Emily St. John Mandel ha sido ganadora del premio Arthur C. Clarke y finalista del National Book Award y del premio PEN/Faulkner por su novela "Estación Once", siendo "El hotel de cristal" su quinta novela publicada.

La forma de narrar de Emily St. John Mandel hace que el lector no pueda leer sólo un capítulo, tiene ese punto de misterio que atrapa y que quieras saber más.

Porque sí, además de todo lo dicho anteriormente, "El hotel de cristal" tiene un misterio de principio a fin de sus páginas y merece la pena leerlo para descubrirlo.

En resumen, "El hotel de cristal" es una novela que cabalga entre la realidad y la fantasía, en la que sus personajes fuerzan las circunstancias finales a los protagonistas principales, haciendo que todo concluya en el mismo punto en el que todo empezó.


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Es muy difícil reseñar una novela como "El hotel de cristal", en el que tienes que andar con pies de plomo sobre que cuentas para no destripar parte de la historia, o detalles importantes sobre ella.
Creo que lo primero es destacar la manera de narrarlo que ha tenido su autora, Emily St. John Mandel. Me ha atrapado completamente desde el principio, ha sabido ir dando pinceladas de información por aquí y por allá, para que pudiésemos hilar la historia por nosotros mismos, pero a la vez manteniendo un punto de misterio que no se nos desvela hasta el final.
En "El hotel de cristal", podemos decir que hay una protagonista principal: Vincent. Pero a su alrededor orbitan una serie de personajes, que acaban teniendo el mismo protagonismo que ella, que son imprescindibles, y que como iremos descubriendo, por un motivo o por otro, todos están unidos entre sí. El destino a veces es muy caprichoso, y en "El hotel de cristal" queda muy reflejado.
Quizá hay alguna parte al principio de la novela, en la presentación de los personajes, que nos puede resultar más aburrida, o como que no tiene sentido. Pero os pido paciencia, y que no os desanimeis, seguid leyendo, por que en esta novela, todo tiene un por qué.
En "El hotel de cristal", queda muy bien reflejada la sociedad actual, el poder, el dinero y la importancia de ser alguien, de tener un estatus. Pero también vemos lo que ocurre cuando todo eso se acaba. En ese momento es dónde la realidad nos golpea, y los fantasmas dejan de ser imaginarios para ser reales, para abrirnos los ojos, para ver el interior de cada persona.
Una novela que nos hará pensar mucho y quizá, cambiar un poquito el concepto que tenemos de la sociedad... pero si es para bien o para mal, ya lo tendremos que ver nosotros mismos cuando lo leamos.

El hotel de cristal trata en su mayor parte de la crisis financiera de 2008 aunque la sinopsis no lo apunte. Pero una vez dentro de esta historia que descubre la caída de un inversor que no era tal, sino que utilizaba el método Ponzi, un sistema piramidal con el que estafó miles de millones antes de su caída, nos encontramos que es una historia de personajes que, como si de un caleidoscopio se tratase, van a ir girando hasta encajar para formar una historia donde la relación entre la responsabilidad y la culpa, la riqueza y la pobreza, la realidad y la imaginación, e incluso la vida y la muerte serán tratados de diferentes maneras por estos personajes.
Un libro un tanto peculiar y diferente por la forma de entrelazar las historias de tantos personajes y en el que desde las primeras páginas ya adelanta cual será el futuro de algunos de ellos. Unos, tras su caída, vivirán una realidad paralela donde sus acciones serán diametralmente opuestas a los hechos vividos, construyendo así una vía de escape donde estarán libre de culpa unos y otros habrían tenido otra vida diferente de no haber perdido todas sus posesiones a manos de un inversor fraudulento.
La novela pone también al frente el poder del dinero y de cómo casi todas las decisiones que tomamos tienen que ver con él. Vincent, la protagonista, pasará de ser la encargada de los cócteles en la barra del hotel a flamante “esposa ficticia, y mujer florero”, del dueño del mismo, Alkaitis con el que vivirá sin tener que preocuparse por el dinero, rodeada de un numeroso grupo de personajes que en definitiva lo único que hacen es engañarse a si mismos, unos por comodidad, otros por desconocimiento, “supuestamente” y otros como método de vida, como el propio Alkaitis.
Incluso antes de la caída del imperio millonario de Alkaitis los fantasmas aparecen en esta novela. La propia Vincent ve a su madre desaparecida cuando ella era una niña, a su hermano Paul lo persigue el fantasma de un joven al que llevó a la muerte al proporcionarle una droga adulterada, incluso hay en escena una flota fantasma de contenedores vacíos que surcan el océano. Alkaitis en su celda es visitado por el fantasma de algunos de sus clientes estafados. Aún así no es ésta una historia de fantasmas, sino más bien una reflexión entre lo real y lo imaginado, lo que fue y lo que podría haber sido.
Todos estos personajes, que se mueven en la novela a través de varios escenarios y espacios temporales, irán encajando de manera perfecta en este puzle de ambiciones, fantasmas, pérdidas y reflexiones para poner la última ficha en un final que ya leímos en las primera páginas pero aportando otro punto de vista, cerrando un circulo trazado con una manera muy personal de escribir en la que la autora se mueve entre la literatura onírica e incluso surrealista, a veces mas intima y otras más realista.

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