Es esta una brillante, y corta, historia que comienza de manera brusca con un personaje inconsistente, egoísta e inmaduro, un chico de diecinueve años de clase acomodada que "necesita" vivir la vida real, aquella que se va a ir encontrando en el camino, un camino que parece la iniciación a la madurez, falta le hace desde luego. No voy a desvelar el final, pero sí decir que el desenlace resulta amable, quizá en la auténtica realidad no lo hubiera sido tanto...o si, no lo se. La cita que he escogido del diente de león, aunque corta, transmite la manera magistral con la que Soseki transforma un clima opresivo (las profundidades de la tierra, una mina de cobre) con páginas y páginas oscuras, donde acabas casi tiznado de hollín y empapado en sudor, y de pronto...un diente de león. ¡Magnífico! |