Serafín sintió un extraño escalofrío, un miedo que más parecía cosa de los huesos que del alma o de la piel, y no supo si era por la maldición que le echó el viejo o porque conforme avanzaba el camión mamá iba quedándose cada vez más atrás.
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Serafín sintió un extraño escalofrío, un miedo que más parecía cosa de los huesos que del alma o de la piel, y no supo si era por la maldición que le echó el viejo o porque conforme avanzaba el camión mamá iba quedándose cada vez más atrás.
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Te digo, el corazón se para cuando se le pega la gana, sin más, lo mismo porque le meten un mal aire que un mal pensamiento. Hay pensamientos que paran enseguida el corazón
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Serafín se miró al espejo y tardó un momento reconocerse. ¿Quién le dijo que si se miraba así mucho tiempo a un espejo, con la luz de una vela, terminada por verse otra cara, todas las caras que había sido en sus vidas anteriores? ¿Cuántos rostros había sido él? ¿Cuántos serafines hubo antes de este Serafín?
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Yo pienso... A veces pienso que en el infierno estaría mejor que aquí.
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¿Con qué frase empieza esta novela?