Rayos de un sol quebrado

La vida de Mirluc parece haber vuelto a la normalidad: El Castillo de Grim está a salvo luego de los sucesos del Penúltimo Cosechador del año anterior, sus padres han dejado atrás los días llenos de clorofila dentro de ellos y el destino de su tío ha quedado esclarecido gracias a un encuentro furtivo entre ambos.

Ahora pasa sus días entre su casa y el Castillo, esto lo llevará a enfrentarse a una decisión que marcará su futuro de forma radical; Mirluc deberá escoger entre seguir la senda de su padre y seguir el entrenamiento para convertirse en un Héroe o por el contrario pasar más tiempo en el Castillo de Grim junto al Doctor y con sus enseñanzas convertirse en su sucesor.

No contentos con esta búsqueda personal, las cosas a su alrededor parecen tornarse oscuras: extraños deambulan por los alrededores del Castillo, el mundo cambia de manera abrupta y visitas imprevistas llegan de lugares muy lejanos. Todo esto es la antesala de lo que nos cuenta Rayos de un Sol Quebrado, la segunda aventura del querido Mirluc.

Y sí, es la segunda aventura pues todo comenzó en El Viento de las Tierras Salvajes (Jonathan Alwars Publicaciones, 2019) y de la cual Rayos de un Sol Quebrado (Sapere Aude, 2021) es la continuación directa. Acá conocemos más del mundo que rodea al Castillo de Grim, descubrimos la Provincia de Dubhor y las tierras misteriosas y extrañas del norte. de entrada, eso es contundente, pues descubrimos que no es la historia de un bosque y sus habitantes, sino la de todo un mundo muy variado y grande.

Con respecto a su predecesor el cambio más notable es la voz del narrador, pues El Viento de las Tierras Salvajes es una narración en primera persona en la cual Mirluc es el encargado de contar sus aventuras. Acá en cambio nos encontramos con un narrador en tercera persona, algo más usual dentro de la narrativa.

Toda la historia está inmersa en un aura de misterio que te atrapa y que página tras página te lleva en búsqueda de respuestas, o al menos de una pista de lo que está pasando alrededor. Parece haber algo más grande que todos los personajes, que nadie parece conocerlo ni cómo enfrentarlo.

Cuando terminé el libro lo primero que me vino a la cabeza sobre lo que acababa de leer fue: “Es una novela de ida y regreso”. Llegué a esta conclusión porque si bien el grueso de la trama transcurre en los alrededores del Castillo de Grim, los viajes que harán los personajes —mucho más cortos que en el primero y con misiones muy precisas— los llevarán pronto de vuelta al Castillo con nuevos descubrimientos que refrescan la trama y la llevan avanti sin mucha disonancia. Esto hace que Rayos de un Sol Quebrado sea una novela bastante atípica dentro del fantasy, pues no es la paradigmática historia de un largo viaje en búsqueda del papel del personaje dentro de la vida; sino que, por el contrario, nos encontramos con una historia que exhibe los elementos más reconocibles del género, pero que habla sobre los conflictos que se desarrollan en el entorno más cercano de los personajes, los más inmediatos y que los afectan en mayor medida.

Este nivel de cercanía en la historia, en los entornos que se muestran y las historias que se cuentan de los lugares que quedan a mil tiros de piedra del borde exterior del seto permite también que en la novela haya más cabida para el desarrollo de los personajes. Es de esta forma como descubrimos que Mirluc necesita encontrarse un lugar propio en el mundo y que para hacerlo tendrá que sacrificar algo, que Lorenduc es diametralmente opuesto a su primo y que no es en lo absoluto la encarnación de las aspiraciones del pequeño. No siempre se tienen que emprender largos viajes que cruzan océanos y altas montañas para descubrirse a sí mismo.

Algo que me dejó gratamente sorprendido es el worldbuilding que exhibe Martin en esta, su segunda novela. Es un mundo grande, basto y que seguramente esconde muchos secretos. Martin dedica tiempo en la novela para aquí y allá dejarnos detalles que dan fe de esto y más ganas de seguir descubriendo el mapa. No contento con esto, Martin demuestra ingenio en la forma de medir el tiempo y las distancias en su obra. le da un toque campirano, reconocible y sencillo que encaja muy bien con el mundo que nos propone. Muy seguramente esta historia lleva en su cabeza años y una que otra variante se ha colado en las historias que contaba antes de dormir a sus hijas.

Mirluc es un personaje al que le tengo mucho cariño, es un personaje al que parece que la aventura lo persigue a toda costa pues corre por su ADN. Rayos de un Sol Quebrado es la oportunidad de descubrir junto a él el mundo que lo rodea. Es un libro que guarda muy bien el equilibrio entre una historia interesante, un desarrollo de personajes bien logrado, la dosis justa de descubrimiento del mundo y el misterio que perdura hasta el final del libro.

Solo me resta por decir mientras llega el siguiente capítulo de esta aventura en ‘Los Caminos de Gileos': ¡Iluminemos el Hombreoscuro!