El Viento de las Tierras Salvajes (El Guardián sin Rostro, #1)

Un gran bosque lleno de todos los tonos posibles de verde donde sin importar donde pongas tus ojos vas a encontrar algo que te va a dejar maravillado y con ganas de vivir más aventuras, brujas vengativas, dragones, trolls, héroes y, sobretodo; muchas manzanas encantadas. Así es el mundo de 'El Guardián sin Rostro'. El mundo donde vive Mirluc.

Mirluc es un niño que vive en el Castillo de Golgrim junto al Doctor Magol, el cocinero Herbert y el Mago Delirius; vive allí porque sus padres fueron convertidos en árboles por su tía, una bruja llamada Nubarrona. El Castillo de Golgrim es conocido porque en sus jardines crecen manzanas encantadas que son usadas por el Doctor —nunca sabemos Doctor en qué— elaborar un elixir muy apetecido por los Héroes pues los vuelve inmunes al fuego, algo muy útil si tienes asuntos pendientes con algún dragón.

La aventura comienza cuando Mirluc desea meter sus manos en la maquina del tiempo del Doctor e impedir con esto que su tía Nubarrona los visite, las cosas no salen como las esperaba y causa una tormenta gigantesca que amenaza por completo la cosecha de manzanas del castillo y por ende, el negocio del Doctor. Una aventura que llevará a Mirluc a parajes completamente mágicos a bordo de un barco volador, sobre un Ciervúfalo o sobre una canoa a lo largo del río.

Este es un libro de aventuras. Una historia que comienza de una manera rápida y que logra conservar el mismo ritmo durante todas las páginas. Una historia que entretiene y que tiene la esencia misma del género fantástico. Por ratos he recordado el estilo de Pratchett, sobretodo cuando entran en escena los habitantes del castillo contra los Héroes. En otros momentos me he sentido perdido entre los viajes de Verne o incluso entre las imágenes de una película de Miyazaki. Y ni hablemos del dragón Plataescamas, que cuando entra en escena me ha recordado nada más y nada menos que a la escena de Bilbo en la guarida de Smaug en The Hobbit.

El libro tiene nombres bastante sonoros que se recuerdan fácilmente siempre, un elemento que me ha gustado bastante y que me ha parecido muy bien cuidado y para nada elegido al azar. Algo que ayuda mucho a enganchar en la lectura al público de primera linea del libro, pues no hay que dejar escapar que el libro es dirigido a pequeños lectores que se entretienen con las historias y con los personajes más cercanos a ellos.

La historia, si se lee a la ligera; no pareciera ir más allá de lo común y de lo que se muestra en otros libros del género. Sin embargo, su punto diferencial con respecto a demás títulos es la concepción de los Héroes como mercenarios al servicio del mejor postor, hombres cuyo valor ético se rige solo por su jefe de turno; algo que en lo que recuerde como lector, no había visto antes. Un punto bastante interesante y que quizás se aproxime más a la imagen real de los caballeros medievales.

Que esto venga de la pluma de Martin Simonson no es nada extraño, pues es un especialista en literatura fantástica, profesor de literatura inglesa moderna y el traductor actual de las obras de Tolkien al español; hechos que han sabido confluir de una manera impecable sobre el libro.

Del libro me quedo con esta frase, justo al final del mismo y que contiene el espíritu de lo que son las novelas del género del Fantasy:

¡Ah! Esto me lleva a un último apunte que me prometí a mi mismo incluir antes de terminar este libro, porque se me ha ocurrido que tal vez penséis que cosas como las que acabaís de leer, nunca os van a ocurrir a vosotros. En tal caso me gustaría decir que la Aventura siempre está ahí, esperando en algún lugar cerca de vosotros, estéis donde estéis. Es más que nada una cuestión de querer vivirla.

Espero pronto poder leer más aventuras sobre las tierras de El Guardián sin Rostro y muchas más novelas de la pluma de Martin, una persona increíble con la cual es muy difícil que se acabe el tema sobre el que hablar.