Escrito en las estrellas

El mundo está siendo destruido y nosotros somos los culpables. Necesito que hagas magia, que le muestres al mundo todo lo que estamos destruyendo y las consecuencias que nuestros actos están originando de manera negativa. Quiero que muestres la belleza que podemos encontrar si estamos en armonía con la naturaleza y el desastre de su destrucción.

[...] no necesito expertos con técnicas robóticas, necesito artistas que destaquen por su magia.

Mi mirada se encontró con unos preciosos ojos color miel que me miraban curiosos, como si yo fuese un enigma perdido en el tiempo. En cuanto a mí, estaba paralizada.

Estaba cansada de escucharlas hablar de mí como si no estubiera presente, como si fuera un personaje de Los Sims al que podían manejar a su antojo. No me gustaba que la gente tratase de tomar decisiones por mí y mucho menos que trataran de cambiar quien yo era.

No me lo podía creer, era un completo cretino. Pensaba que solo era un chulo egocéntrico que se creía el mejor partidazo del mundo, pero no, también era gilipollas.

Las cosas en la vida no se regalan, sino que hay que luchar duro por ellas.

La comida es uno de los grandes placeres de esta vida y, si hay que morirse, mejor hacerlo comida.

Estaba rota en el amor.

Nunca sabes cuando las nubes grises de la ciudad de Peter Pan pueden dejar caer alguna llovizna.

En un rincón de la estancia seguía el mullido sillón que mi padre compró cuando yo tenía ocho años para que me sentara a leer mientras él trabajaba en sus casos. No puedo ni contar a cuántos lugares he viajado en ese sillón. Cogía un libro, me sentaba allí, y me perdía entre las páginas de ese mundo de papel.