Lo que prefiere la nieve durante el verano: El libro de Bruno

Supongo que todos tenemos ese tipo de días que sin entender el sentido, se quedan en tu retina y en tu cerebro. En tu piel. Esos días cuyos olores puedes recordar por siempre. Si hacía frío. O si había llovido el día anterior. Esos días que se quedan. Esos días que el destino decide que se queden ahí para ti y por siempre. Esos días que el tiempo es incapaz de borrar. Benditos días.

Porque la vida según me dijo, consistía en aprender a perder personas por el camino y saber seguirlo sola.