Hubo un tiempo en el que los hombres creían que su vida era un hilo en manos de las Hilanderas, tres mujeres que urdían y tejían el lienzo del destino entre las raíces de un gigantesco fresno. Nadie escapaba a sus designios, ni siquiera los dioses.
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Hubo un tiempo en el que los hombres creían que su vida era un hilo en manos de las Hilanderas, tres mujeres que urdían y tejían el lienzo del destino entre las raíces de un gigantesco fresno. Nadie escapaba a sus designios, ni siquiera los dioses.
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Creo que cada uno debe forjar su propio destino, y hacer de su vida una leyenda.
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—Lo que existe entre un hombre y una mujer es siempre confuso y egoista, nada comparable a lo que da una madre por su hijo. Es es la única clase de amor en la que creo. No existe entrega semejante, ni un sentimiento tan incondicional y desinteresado.
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Creo que cada uno debe forjar su propio destino, y hacer de su vida una leyenda.
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No temas expresar tus sentimientos, jamás. Aunque corras el peligro de que te hieran.
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Otro juramento, que una vez pronunció ante su tío Zheit durante su adiestramiento en la posada, acudió de pronto a su mente: «Un rey antes que un hombre». No lo tuvo en cuenta antes(...) Tampoco lo cumpliría ahora. Por primera vez en su vida, Shagan vio la verdad: que un rey era, en definitiva, un hombre, con todas sus debilidades. |
Contagiado por su miedo, Saghan miró sus manos, que se volvían grises. Había algo más. -¡No puedo oír! -exclamó. Algo le sacudió las entrañas,como un rayo, y se derrumbó sobre sus rodillas. Buscó alguna clase de explicación en el dasarin, pero él observaba todo aquello sin decir nada, expectante como un animal ante el peligro. De forma inexplicable, todo volvió a la normalidad. Como si una borrasca hubiera pasado. -¿Qué ha ocurrido? -siseó Vije. Todavía estremecida, tocó sus cabellos blancos, la tex nívea de nuevo. Él no contestó. No sabía la respuesta y tampoco podía disimular su preocupación. Estrechó a Vije en sus brazos y trató de ofrecerle el alivio que él mismo no sentía. -Un buen truco para captar la atención de las mujeres. Yo, lo reconozco, soy más tradicional -Carraspeó, el dasarin se volvió hacia la muchacha y se postró con una reverencia. |
Fue como un susurro, sin saber de dónde procedía o quién la pronunciaba. Antes de saber qué estaba ocurriendo, le asaltó la imagen de una tierra yerma y fría, tan carente de vida que le estremeció el alma. Un glaciar. Allí se habían desencadenado fuerzas capaces de destrozar pueblos, montañas y reinos enteros, procedentes de un dios herido. El ojo del huracán desatado, una figura de apariencia humana abría los brazos al hielo. Era el dios traidor, el desterrado. De pronto, sus ojos pálidos se clavaron en los suyos, y sus labios pronunciaron su nombre. Entonces vio algo terrible, más espantoso de lo que había presenciado hasta ahora: el dios del Norte tenía su mismo rostro.
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Fue como un susurro, sin saber de dónde procedía o quién la pronunciaba. Antes de saber qué estaba ocurriendo, le asaltó la imagen de una tierra yerma y fría, tan carente de vida que le estremeció el alma. Un glaciar. Allí se habían desencadenado fuerzas capaces de destrozar pueblos, montañas y reinos enteros, procedentes de un dios herido. El ojo del huracán desatado, una figura de apariencia humana abría los brazos al hielo. Era el dios traidor, el desterrado. De pronto, sus ojos pálidos se clavaron en los suyos, y sus labios pronunciaron su nombre. Entonces vio algo terrible, más espantoso de lo que había presenciado hasta ahora: el dios del Norte tenía su mismo rostro.
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-No, mi Señora. Aunque me desposara, como pretendéis, me sentiría igualmente solo. El Señor de los Kranyal volverá un día, pero la soledad que yo llevo permanecerá en mí toda la vida, porque es algo que yo he elegido.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?