-No, mi Señora. Aunque me desposara, como pretendéis, me sentiría igualmente solo. El Señor de los Kranyal volverá un día, pero la soledad que yo llevo permanecerá en mí toda la vida, porque es algo que yo he elegido.
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-No, mi Señora. Aunque me desposara, como pretendéis, me sentiría igualmente solo. El Señor de los Kranyal volverá un día, pero la soledad que yo llevo permanecerá en mí toda la vida, porque es algo que yo he elegido.
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Suspirando dolorosamente, Drumilda dirigió su vista hacia el lago. La fría lluvia se colaba en los huesos pero, ajena a ella, Saghan recibía instrucciones de su padre junto a la orilla, sentado entre los juntos. El agua resbalaba por su rostro, sus ropas estaban empapadas y llenas de barro. No obstante, su padre no le permitía regresar. A sus diez años, aquella criatura era para ella como un hijo de sus entrañas. Y ahora que debían separarse, su único consuelo era saber que también Adroon se alejaría de él. Día tras día rezaba para que algo del cariño que le había dado sobreviviera en su corazón cuando ella ya no estuviera. |
Ningún desterrado conoce señor.
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Lo que ahora os contaré es tan cierto como que el fuego quema y el hielo, también. Sabed, amigos míos, que dos pueblos, dos grandes clanes, habitaban la Península Prohibida. Así era conocida Neimhaim entre los míos, los que ya sólo somos parte de una leyenda. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?