Desde que salió este libro me llamó la atención. Es de esos que ya con el título: Playa Soledad y la portada en tonos de día nublado con contrastes en verde, llaman la atención sólo con verlo. Luego vi que era la primera novela de la autora y me animé a leerlo en una Lectura conjunta en la que tuve la oportunidad de conocer de primera mano anécdotas contadas por la propia Melania. La premisa de la que partimos es muy muy interesante. ¿Os imagináis estar en un aeropuerto y cruzaros alguien a quien conocisteis que murió hace tiempo? Pues eso es lo que le pasa a nuestra protagonista: Sofía. Una mujer de mediana edad que en plena crisis existencial se cruza con su padre fallecido hace 10 años. Este hecho que la hace dudar de su cordura será el detonante de toda la trama que nos vamos a encontrar. Con un estilo depurado y fluido, iremos paseando por los engranajes que han articulado la vida de Sofía. Su turbulenta relación con su padre y su segunda esposa, una vida llena de preguntas sin respuesta y una vuelta a los orígenes en busca de su propio yo. Me ha gustado la protagonista, original, fuera de los tópicos que nos acompañan muchas veces en las novelas, una mujer tirando normal, que ha tenido éxito en su vida laboral pero que se ha dado cuenta de que necesita algo más para ser feliz. Llena de sarcasmo con un humor inteligente y cierta debilidad por los argentinos, leal a los suyos y fiel amiga de su perro Carver. Las conversaciones con su psicoanalista y Omar el dueño del bar que frecuenta no tienen desperdicio. Un libro al que me enfrenté sin saber casi ni de que iba y que me ha sorprendido gratamente. ¡Ah! Y que no se me olvide que además se aprenden cositas muy interesantes sobre el mundo de las herencias. ¿Se puede pedir más? + Leer más |