Ivanhoe

Sus escudos cayeron hace mucho tiempo de las paredes de sus castillos. Los mismos castillos no son sino verdes túmulos y ruinas dispersas. Ya no ocupan el lugar que una vez ocuparon. Muchas razas han desaparecido desde que ellos se extinguieron y fueron olvidados en la misma tierra que ocuparon con la autoridad de propietarios y señores feudales.

El sonido de mi voz es aterrador a mis propios oídos. Apenas sé el terreno que pisamos ni con que objeto nos han traído aquí

Las lágrimas que hace veinte años que no se asoman a mis ojos los humedecen al contemplarte

Prefiero que nos aliemos con Saladino antes que soportar el desdén de los fanáticos a los que desprecio

Sacrificaría la grandeza, renunciaría a la fama, abdicaria incluso del poder que ahora está a mi alcance si dijeras: te acepto como amante

Vuestras decisiones fluctúan según las olas cambiantes de la opinión humana, pero las mías están ancladas en la roca de los tiempos

Menos crueles son las maldades de los moros con la raza de Jacob que las crueldades de los nazarenos de Inglaterra

No era por naturaleza un hombre cruel ni siquiera severo, pero sus deseos, fríos y con un alto, aunque erróneo sentido del deber, le va Kan endurecido poco a poco el corazón debido a la vida ascética que llevaba

Es imposible que en Inglaterra, la hospitalaria, la generosa, la libre, donde hay tantos que exponen su vida por el honor, no se encuentre a nadie que quiera combatir por la justicia.

Por sus testimonios, esas circunstancias podrían haber sido divididas en nuestros días en dos apartados: unas inmateriales y otras físicamente imposibles