“La trilogía de París” recopila tres novelas cortas autobiográficas escritas por la periodista Colombe Schneck durante los últimos años. Nunca pensó publicarlas así, pero creo que funcionan muy bien como conjunto porque mantienen una coherencia formal y temática. La referencia más obvia es Annie Ernaux, con su estilo reflexivo y frases cortas sin adornos formales. No en vano, a ella está dedicado el primer texto, “Diecisiete años”, donde Colombe relata su aborto siendo una joven con ganas de experimentar. La lectura de “El acontecimiento” la envalentonó a verbalizar su propio proceso, que si bien tuvo lugar una vez que el aborto ya había sido legalizado, eso no empequeñece el trauma que supuso para ella. ¿Cómo sería ese hijo ahora? se pregunta. “Dos pequeñas burguesas” arranca con la muerte de Héloïse, su amiga de la infancia. Se realiza una retrospectiva en tercera persona de su amistad, lo que le permite distancia y autocrítica. La Colombe joven se pensaba más “cool” que su amiga. Ella no era una “burguesa” porque su familia era bohemia y de izquierdas, no como la familia tradicional y de derechas de su amiga. Pero es evidente que el nivel de vida de ambas no estaba al alcance de cualquiera. La novela habla de vacaciones en lugares exclusivos, de ropas de marca, de estupendos pisos a los que se mudan con sus maridos. También habla de la muerte. Y como en “El año del pensamiento mágico” y “La ridícula idea de no volver a verte”, ronda una idea de autoengaño, de no querer creerse que sus seres queridos han fallecido, de dejar pasar un tiempo sin hacer cambios. ¿Y si reaparecen? Hay que asegurarse. El libro finaliza con “La ternura del crol”, relato sobre el amor y el sexo en la madurez, el autodescubrimiento del cuerpo y el deseo sexual femenino, a través de la relación entre Colombe y Gabriel, a los 50 años, ambos divorciados. Me ha agradado leer a Colombe Schneck, cuya lucidez, honestidad y autoconsciencia son dignas de elogio, y cuyo estilo elegante y ligero encierra reflexiones profundas que me ha encantado conocer y a veces, incluso, compartir. + Leer más |