Rasgar con el escalpelo la piel de las palabras, porque ahí dentro está todo. Incluso cuando mienten, o, sobre todo, porque mienten y ocultan.
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Rasgar con el escalpelo la piel de las palabras, porque ahí dentro está todo. Incluso cuando mienten, o, sobre todo, porque mienten y ocultan.
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Mancho el espejo con el vapor de mi respiración jadeante. El cristal se emborrona, me suaviza los rasgos, los esconde y, de pronto, el vaho se diluye en la superficie del espejo y vuelven a resplandecer mis ojos como dos piedras verdes.
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¿En que trabaja Kote?