Una vez leí que ofrecer amistad a quien te ama es como ofrecer arena a quien tiene sed.
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Una vez leí que ofrecer amistad a quien te ama es como ofrecer arena a quien tiene sed.
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No nos gusta reconocerlo, pero el miedo nos lleva a hacer muchas más cosas de las que imaginamos. A veces, cosas muy importantes.
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Nada se parece más a la muerte que el sueño de un hematófago. Solo una cosa puede perturbarlo: la luz del sol. Desde que cierra los ojos con el primer anuncio del amanecer hasta que vuelve abrirlos en la oscuridad de la noche, Abel no forma parte de este mundo. Su corazón late con una lentitud imposible, apenas respira, no hay actividad bajo sus párpados, sus músculos están paralizados. Tampoco sueña. Nunca. |
Aprender le apasiona, y el conocimiento le parece el mejor medio para convertirse en otra cosa.
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Cuenta la leyenda que cuando Dios fundó el mundo, le preguntó al lobo: —¿Quieres que te ponga un cencerro al cuello? Y el lobo contestó: —No, porque si lo haces todos me oirán. Dios dijo entonces: —¿Quieres que te amarre con una soga? —No —respondió el lobo—, porque si lo haces querrán dominarme. Entonces Dios preguntó: —¿Qué quieres, pues? Respondió el lobo: —Quiero ser libre para hacer lo que quiera sin rendir cuentas a nadie. Y Dios dijo: —Así sea. |
La última de las leyendas que cuentan las gentes del Valle del Silencio habla de dos jóvenes enamorados que habitan entre los árboles, cerca del Arroyo Negro. [...] Ningunos ojos humanos los ha visto jamás, pero todos dicen que su amor vive 27 noches de cada ciclo lunar y que es limpio y eterno como el silencio del valle.
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-Toda la gente a la que he querido ha terminado abandonándome: mi padre, mi madre, mi hermana, tu padre... [...] Abel guardó silencio. Se abrazó a su madre. Le prometió que él nunca la abandonaría. Nunca, pasara lo que pasara. Jamás. -Lo sé, cariño, lo sé. Por eso necesitaba tener un hijo -concluyó ella. |
Las palabras no saben expresar sus sentimientos como él desearía. Es como si el lenguaje hubiera perdido de pronto su utilidad. Lo que no sabe es que el lenguaje y los enamorados no suelen llevarse muy bien.
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Manolito ...