La luz que perdimos

Cuando vi esta novela entre las novedades de la editorial y la comparaban con 'Yo antes de ti' y 'Siempre el mismo día' supe que me la tenía que leer, estaba segura de que a iba a disfrutar y afortunadamente así ha sido. Aunque bajo mi punto de vista se parece más a 'Siempre el mismo día', cuyo final me dejo muy impactada. Además, la portada es preciosa, aquí no se aprecia pero brilla, me tiene enamorada.

Dejando a un lado las comparaciones voy a hablaros de 'La luz que perdimos', lo primero que ha llamado mi atención ha sido su narración. Todo el peso de la obra recae sobre Lucy, quién a lo largo de sus páginas nos va a relatar su historia de amor y su vida. No está narrada en presente, sino que se lo está contando a alguien, podemos imagirnarnos a quién desde un principio, pero no os lo voy a desvelar. Lucy es un personaje que me ha encantado, es una mujer independiente con sueños y que no se deja influir. Bajo mi punto de vista, toma las decisiones correctas, aunque alguna vez me haya llevado las manos a la cabeza, pero en lo referente al amor hay un dicho que dice que todo vale ¿no?. No os voy a negar que he sufrido bastante con ella y todos los sentimientos que me transmitía.

Por otro lado nos encontramos a sus dos amores, no os estoy haciendo ningún spoiler ya que en la portada de la novela aparece. Tenemos a Gabe y a Darren. Para destriparos lo menos posible la novela, voy a hablaros de ambos pero sin decir quién es quién. A uno de ellos no he logrado entenderle porque sus decisiones eran a veces incoherentes, como novio es un amor, pero demasiado obsesionado con sus metas. Por otro lado, el otro personaje masculino me ha parecido encantador y ha llegado a darme pena en algunos momentos, pobre hombre. Ya sabéis por quién me decanto ¿no?

También quiero deciros que no es una novela de esas que transcurren en poco tiempo, sino que pasarán unos 13 años en lo que podremos ir observando como los personajes van evolucionando, aspecto que valoro mucho en las novelas.

La pluma de la autora es muy amena y cercana. El enfoque que le ha dado al estar narrada por Lucy contándonos su pasado hace que conectes de una manera muy especial. Además, los capítulos son cortísimos y eso ha hecho que me dure dos días, porque me decía a mí misma: venga otro capítulo más, y de esta forma lo he devorado.

No se me puede olvidar deciros que la novela transcurre en Nueva York, ciudad que me fascina. Desde el principio ya nos vamos a ver inmersos en el drama ya que comienza con un fatal acontecimiento que tuvo lugar en esta ciudad un 11 de septiembre.

Por último deciros que el final de la novela es de esos que no te dejan indiferentes e impacta bastante, el típico libro que recuerdas por su final y sí, lo reconozco, he necesidado cleenex (he usado los que me mandaron con la novela, porque desde suma de letras ya lo intuían). Sin duda es uno de esos libros que espero que tenga adaptación cinematográfica
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Espero que algún día encuentres un amor así,
un amor que todo lo consuma, un amor poderoso,
que te haga sentir que te estás volviendo un poco loco...
Pero además invencible e infinito.
¿Puede una sonrisa fugaz marcarnos por el resto de nuestra vida? Una pregunta que casi parece retórica, la verdad es que si y en La luz que perdimos, este pequeño detalle marcará la vida para siempre de nuestros dos personajes, Gabe y Lucy.
Dos jóvenes estudiantes de un seminario sobre Shakespeare que descubrirán el uno en el otro la luz de sus vidas, aunque la vida les llevará por caminos separados a lo largo de los años se irán cruzando y descubriendo la profundidad de sus sentimientos y la paz que logran el uno en los brazos del otro aunque fuera de su burbuja sus vidas transcurran junto a otros.
Esta historia de encuentros fugaces y largas despedidas es una oda perfecta al amor platónico correspondido, aquel que no entiende de fronteras, de tiempo ni de espacio, ella siempre le acompañará en su corazón al igual que él hará en el de ella.
Gabe trabaja como fotógrafo en los lugares más peligrosos de Oriente Próximo y ella ha formado una familia con un marido que la quiere y con un trabajo en el que se siente realizada.
Esta novela está narrada en la voz de Lucy, una historia que a través de sus palabras descubrimos no solo su vida y sus sentimientos, sino sus encuentros con Gabe y como ambos se encuentran sin buscarse pero que en los momentos más difíciles siempre están el uno para el otro.
Una historia rica en referencias literarias, algunas más obvias que otras, pero no os preocupéis, la autora os las deja todas en una lista de lecturas al final del libro.
Jill Santopolo nos sorprende con una gran historia de amor puro y real, una historia que tal y como dice su título son la luz del otro y se encuentran al cerrar los ojos en sus almas.
La prosa es sencilla pero contundente, es una voz amiga que nos explica su vida, sus desvelos y sus anhelos, a quien querremos desde el primer momento y con quien lloraremos las lágrimas más amargas de la perdida.
Suma de letras nos presenta una historia que os va a dejar tocados, con los sentimientos a flor de piel y con una necesidad imperiosa de decir “te quiero” a aquellos que nos quieren.
Una historia con un final nada deseado pero que a su vez da esperanzas en un futuro y quizás un poco de consuelo.
Me ha dejado sin palabras y más de una vez sin aliento. Impactante y humana.

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Esta novela me llegó por parte de la editorial con un paquete de pañuelos con una nota que advierte: "Mantener pañuelos cerca durante la lectura de este libro". Ya, de primeras, esperas encontrarte con una historia que te va a tocar la fibra sensible y con la que le darás buen uso a ese paquete de pañuelos. ¿El resultado? No soy de emocionarme hasta llorar cuando leo, pero sí que me ha revuelto el estómago y me ha hecho sentir y sufrir con la historia de los protagonistas, sobre todo por su forma narrativa, de la que ya hablaré más adelante.

La Luz Que Perdimos comienza el 11 de septiembre de 2001, fecha destacada por la tragedia mundial del atentado a las Torres Gemelas en Nueva York. Para Gabe y Lucy será un día que les marcará para siempre. En mitad de todo el miedo y la desolación que se palpa en el ambiente, ambos encuentran apoyo el uno en el otro, haciendo que ese fatídico día adquiera un cariz más alegre por convertirse en el día en el que se conocieron y sus mundos se convirtieron en uno. Lucy y Gabe son estrellas binarias, se complementan a la perfección y se apoyan mutuamente en sus trabajos. Sin embargo, con el paso del tiempo sus carreras profesionales, así como la fecha 11-S, les lleva por caminos diferentes. Gabe quiere hacer algo para cambiar el mundo con su trabajo como fotógrafo y le surge la oportunidad de su vida, aunque eso signifique renunciar a Lucy. ¿Qué ocurrirá? Podrán resolver la situación o los logros y aspiraciones profesionales pesarán más que una vida juntos?

La novela, narrada por Lucy en primera persona y dirigiéndose en todo momento a Gabe, cuenta la vida de ellos desde que se conocieron hasta el momento presente de la historia, trece años después. Lucy nos cuenta cómo empezaron a salir y cómo todo lo que sucedió después marcó su futuro y su forma de ser. Lucy nos cuenta su día a día, lo que hace, lo que piensa, cómo actúa y evoluciona. Además, nos habla también de las diferentes formas de amar y variedades en el amor: el amor hoguera, el amor de fuego del hogar, el amor bengala, etc; y cómo cada nivel marca el camino de una relación. Lucy nos muestra lo que es amar sin límites, renunciar a algunas cosas por los sueños del otro y entender que en el amor siempre hay sacrificios. Es una historia en la que se percibe cierto halo de tristeza desde el primer momento. El lector es consciente de que algo ha sucedido entre Lucy y Gabe, de que Lucy se dirige a Gabe en todo momento como forma de expresarle lo importante que fue y es para ella, sin importar que el destino los llevase por caminos separados. Me ha encantado verlos crecer y madurar con el paso de los años, viendo cómo superan dificultades y comparte momentos felices.

Lucy es una joven que, en su último año de carrera, y tras el marcado día del atentado, se propone hacer algo que marque la diferencia en el mundo, trabajando en un sector y una empresa donde sea capaz de dar voz y ayudar al crecimiento de los demás en una sociedad en continuo cambio y donde existe una lucha constante por la tolerancia y la igualdad. Es una mujer con la idead claras y con fuerte convicciones, cualidades que he admirado mucho.
Gabe, por otro lado, es un personaje que ilumina cada rincón que pisa. Su mera presencia hace que los demás a su alrededor se sienta felices y realizados por su capacidad para comprender y alentar a perseguir los sueños. Proviene de un entorno familiar desestructurado y, por ello, se niega a repetir los pasos de su padre, moldeándose a sí mismo y aspirando a cumplir y conseguir todo lo que se proponga, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Lástima que, en ocasiones, ambos no puedan ir por el mismo camino... Con todo, me ha parecido un chico sensible y sencillo, con el que también se conecta fácilmente, y que comparte el mismo afán que Lucy por cambiar el mundo. Puede parecer egoísta en ciertas decisiones que toma pero también es fácil comprender el por qué de esas decisiones. La verdad es que es difícil posicionarse a favor de Lucy o de Gabe porque ambos tienen su parte de razón y de culpa.

La relación que se muestra en esta historia me ha parecido maravillosa porque es reflejo de lo que debería ser una relación hoy en día: disfrutar y celebrar los logros del otro, apoyar y darle importancia a la carrera profesional y al trabajo de cada uno y, por encima de todo, el respeto y la comprensión. Por muchos baches y dificultades a las que se hayan tenido que enfrentar, y pese a vivir vidas separadas, la trama invita a la reflexión y a aceptar que la vida es así: decisiones que, acertadas o no, van marcando nuestro futuro, nuestro destino, y que no por errar en ella, debemos quedarnos estancado en el pasado y en lo que podría haber sido. Hay momentos y personas que marcan nuestra vida y, como tal, debemos tenerlas presentes, pero siempre con miras hacia el futuro y a aceptar esos momentos del pasado como puente hacia la experiencia y hacia algo mejor.

Jill Santolopo tiene una pluma que hipnotiza y creo que ha dado en el clavo al relatar la historia desde la perspectiva de Lucy y dirigiéndose a Gabe. Es una narración sencilla, directa y cercana que hace que nos involucremos hasta el punto de sentir melancolía, nostalgia, tristeza, emoción... Lucy nos ofrece su corazón y se abre en cuerpo y alma para que conozcamos su historia y que, en cierta forma, nos marque con sus palabras.

En resumen, 'La Luz Que Perdimos' es una novela preciosa y dura sobre la vida y el significado de vivirla. Posee una trama que invita a la reflexión y a aceptar que hay decisiones que marcan nuestro futuro y que, erradas o no, son experiencias que nos ayudan a crecer y a madurar. Lucy, la protagonista, se sincera y se abre en cuerpo y alma para contarnos su historia, la historia de Lucy y Gabe, un romance auténtico y de verdad, de los que duran toda la vida y que te dejan con una sensación agridulce en el estómago, pues no todas las grandes historias de amor han de tener final de cuento para hacerte vibrar.

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Jill Santopolo nos conmueve con una historia que pasa por varias fases de la vida y con personajes muy intensos. Desde los primeros capítulos me vi presa a la trama y no conseguía dejar la lectura por la fascinación que me causaba y la curiosidad para descubrir lo que vendría a seguir, pero confieso que jamás imaginé un final como aquel.
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Por increíble que parezca, este tipo de romance es uno de mis preferidos, por estar cargado de emociones y de mostrar que no siempre en la vida todo es negro y blanco. Habrá días grises y en muchos no tendremos la explicación porque ciertas situaciones suceden en la vida, pero ellas están allí, intentando enseñarnos algo y hasta en las peores situaciones podremos sacar algo bueno para seguir nuestro camino.

Es difícil hablar de este libro sin dar spoiler, entonces, voy a decir sólo que la lectura es muy fluida y rápida, la narrativa es muy agradable y la historia tiene un tono melancólico que deja al lector triste.

La protagonista me irritó un poco en algunos momentos y fue difícil sentir empatía por ella. Sin embargo, esto no obstaculizó la lectura. En realidad, percibimos que el personaje está en una situación complicada, en la que necesita seguir su vida sin el hombre que ama y que a menudo se acuerda de él y se pregunta sobre cómo estaría si todavía estuviera 100% presente en su vida.

La historia no queda atrapada en una fecha específica, sino que fluye naturalmente, haciendo evidente cómo cada reencuentro rehace el afecto que los personajes nutren el uno por el otro.

El libro también hace que el lector reflexione sobre algunas cuestiones relacionadas al amor verdadero, a la posible existencia de almas gemelas, o sea, si hay personas que, de hecho, fueron hechas para quedarse juntas, o si es más una cuestión de elección.

Las actitudes de Gabe plantean otro tipo de cuestionamiento en el lector, sobre las elecciones que hacemos. Cuando Gabe decide seguir su sueño, él, en consecuencia, se aparta de Lucy. En el lector, esto genera cuestionamientos como: ¿qué vale más? ¿Estar con la persona que amamos, aunque eso implique en abandonar nuestras ambiciones y objetivos profesionales? ¿O es mejor seguir sus ambiciones y dejar el amor en segundo plano?

Es importante mencionar que el libro tiene algunas escenas más picantes. Tanto Lucy como Gabe son personajes muy peculiares, con personalidades fuertes. Esto hace que el lector pueda ver cada uno con mucha claridad.

La luz que perdimos fue mucho más que una lectura romántica sobre amores y desamores, habla de crecimiento personal, trae a la luz una realidad triste de muchas personas que viven en países donde las guerras son infinitas. Pero también habla de esperanza, reinicios, amistad de forma muy emocionante. Los más sensibles ciertamente derramaran algunas lágrimas.

La edición es muy bonita, la capa tiene una textura áspera muy diferente de lo normal, la diagramación es óptima y los capítulos son bien cortos, lo que facilita aún más la lectura. Recomiendo el libro para quien busca una lectura ligera, rápida y emocionante.