La chica que jugaba al ajedrez en Auschwitz, es una lectura que hemos disfrutado gracias a la participación en la lectura conjunta una vez más organizada por Laky de libros que hay que leer y la editorial Newton Compton editores.
Lo primero que destacaría del libro es el título y la portada.
Un título un tanto largo, que no esconde nada y nos deja bien claro cual es el género del libro, una de las numerosas historias que ocurrieron en la IIGM y más concretamente en el campo de Auschwitz. En esta ocasión la historia narrada es ficcionada pero basándose la autora en experiencias de supervivientes reales.
La portada aunque está bien montada y es bonita y llamativa, creo que se arruina al esforzarse en comparar o asimilar la obra a una conocida serie de ajedrez para así aprovechar el tirón de la misma, cosa que para mi gusto es innecesaria y además no tiene nada que ver con lo que nos aporta el libro.
Antes de adentrarnos más en la experiencia de lectura del libro, aclarar que precisamente una de las cosas que me ha gustado mucho y me ha sorprendido es que aunque el ajedrez es hilo conductor de la trama y tiene bastante importancia, el libro no explora ni se adentra en jugadas o tácticas que podrían incomodar al lector no especializado en el juego. Más bien, el ajedrez es una especie de metáfora durante toda la historia para comparar una partida con la vida misma, como las elecciones van a tener un resultado que difícilmente vas a poder enmendar y donde siempre es necesario contar con una estrategia que vaya guiando el devenir de los acontecimientos.
El libro podemos casi decir que es "in extrema res" porque la historia arranca con el comienzo del desenlace, una técnica que pondrá "en jaque" al lector desde el principio y de esta manera incita la escritora a que en los posteriores capítulos puedas ir descubriendo como arranca y se desarrolla el propio conflicto. Esta interfolia de capítulos sin orden temporal consigue un ritmo alto de lectura donde de forma sencilla, el lector va ordenando pistas en su cabeza hasta llegar a conocer perfectamente a la protagonista María Florkowska, Joven polaca, y a su familia.
La narración se realiza en primera persona a través de la protagonista, una figura que sin duda es necesaria para un tipo de lectura de este género, una narración que nos acerca hasta los sentimientos más íntimos de María y que debido a su situación puede llegar a incomodar al lector mas sensible. En mi caso, en esta ocasión no he llegado a conectar tanto como en otras ocasiones por lo que he agradecido no sufrir en exceso.
A medida que vamos avanzando en la historia ampliamos el elenco de protagonistas, primero descubrimos a la familia de María que están inmersos en la colaboración con la resistencia siempre intentando salvar personas, especialmente a los niños. A medida que la historia avanza conoceremos compañeros de resistencia y posteriormente los personajes que darán a María una razón para poder aguantar en el campo y sobre todo para querer vivir, un deseo que en aquellas condiciones debía de abandonar rápidamente a los reclusos. Entre estas relaciones aparecen los personajes de Hania, mujer dispuesta a todo para volver a ver a sus hijos, y el padre Kolbe, un personaje real que fue canonizado por su humanidad dentro de un entorno inhumano, en la novela representa esa pincelada de que siempre en cualquier entorno puede crecer una flor, gesto suficiente para insuflar una pequeña esperanza a María. A parte tenemos otros personajes como Irena (uno de los que más me han gustado) que permanecen en el lado de María, pero inevitablemente y más en una obra de estas características hay personajes antagonistas entre los que sin duda destaca Fritzsch, compañero de juegos de María (por llamarlo de alguna forma) al que desearás no cruzarte en su camino.
El libro incorpora palabras en Alemán sin traducir, al igual que en yidis que a otros compañeros de lectura les han incomodado, aunque en mi caso agradezco este tipo de detalle siempre que sean fáciles de deducir aún sin conocimiento del idioma porque creo que te ponen un poco en situación. Creo que en este caso se podían entender fácilmente.
Según se acerca el final de la lectura la emoción es evidente y he disfrutado especialmente con algunas pequeñas alegrías que van apareciendo como si la escritora quisiera premiarnos un poco y es que ante estas penurias cualquier gesto se agradece. La propia protagonista decía que es difícil mantener la esperanza cuando sabes que en realidad acabaremos todos en el mismo sitio.
CONCLUSIÓN :
Si duda "
La chica que jugaba al ajedrez en Auschwitz" es una obra que encantará a los lectores habituales de la temática de 2ªGM y más concretamente de campos de concentración. En la obra además de sufrimiento y odio también encontramos amor, aunque un amor a pequeñas dosis, como no cabe otra manera en un escenario todo lo contrario a lo idílico. Pero si yo tuviese que decir porque me ha gustado la lectura es sobre todo por las reflexiones que plantea que no siempre aparecen en este tipo de lecturas.
La primera reflexión a la que invita la novela son los lazos que desarrollaron las personas que estuvieron unidas por una situación tan desesperada. Personas que en algunos momentos se cogieron las manos y fueron más que sus propias familias y que una vez pasó la guerra igual no se volvieron a ver, o sí. También como cada uno se acercó a un lado de los dos tipos de prisioneros que hubo, los que encontraron algún motivo para querer seguir vivos (ganar la batalla es vivir) y los que se rindieron a la evidencia y supieron que su vida acababa en ese momento.
Otra reflexión es la partida que representa la vida, cómo nuestro destino se puede girar en un mal movimiento o lance del destino, por lo que siempre hay que pensar bien antes de actuar.
Y mi última reflexión es cómo afectó esta experiencia a los supervivientes durante toda su vida, este estrés postraumático se deja entrever en la obra, algo que cada uno lidió como pudo ya que en la mayoría de las ocasiones ni se detectó ni se trató.
Os recomiendo la lectura del libro y repito que no os asustéis si no os gusta el ajedrez ya que el libro no se adentra en ello.
Una mención especial a la elaborada nota final de la autora donde explica todo lo que es real y lo que es fruto de su imaginación aunque intenta ser fidedigna a las experiencias reales.
También me lo he pasado especialmente bien en la realización de fotos y tomas para el spot ya que sabía que tenía que ir a un ajedrez gigante que tengo cerca, pero era evidente.
Sin más, solo apuntar una cosa. ¡Jaque Mate!
Enlace:
https://familialectorade4.bl..