Nuestras madres

Mi abuelo compartía su veneración por la madre que le había dado la vida, que lo salvó - cuando apenas tenía unos días-, de un padre, recién llegado de una juerga épica, que se empeñó en confundir al bebé con un amante que compartía lecho conyugal con su mujer. Eran otros tiempos, sí. Pero Marcela es el primer espejo en el que me miro desde que tuve uso de razón. Capaz de ganar su propio dinero, dueña de su destino y con mucho interés por la literatura, a pesar de las limitaciones, que eran todas.

✨️🅽🆄🅴🆂🆃🆁🅰🆂 🅼🅰🅳🆁🅴🆂✨️ (Consonni, 2024), de Gemma Ruiz Palà recibió el premio Sant Jordi 2022 tras diecinueve años en los que no hubo autora que lo lograra. Se trata de un homenaje a todas esas mujeres -a tantas y tantas madres, abuelas...-, que se vieron forzadas a renunciar a sus sueños para que sus hijas sí pudieran elegir.

Diez voces femeninas entrelazadas, de distintas generaciones, con historias que se cruzan y se enredan. Desde el realismo y con una visión crítica tocan temas como la liberación sexual, la misoginia, el aborto, la homosexualidad, la emigración, la adicción a las drogas, la maternidad o el divorcio.

Compuesta por capítulos breves, titulados con el nombre de la mujer en la que se centrará cada uno, es una novela que invita a reflexionar acerca de las condiciones en las que han existido nuestras abuelas, madres, hermanas... y también en las que nos toca existir a nosotras. En una sociedad que continúa tratando de dejar en un segundo plano a la mujer, señalando como defectos lo que se aplaude a los hombres, es necesario recordar que todo lo que tenemos -que no es tanto-, lo debemos a aquellas que pelearon muy duro para que esos derechos existan.

No sé soy quién para valorar cómo lo estamos haciendo las mujeres actuales en los diferentes ámbitos de nuestra vida. Pero sí quisiera que todos y todas recordáramos a las aquellas que nos han traído hasta aquí. Y les demos las 🅶🆁🅰🅲🅸🅰🆂.💜

🐦‍⬛Gracias 🄻🄸🄱🄴🅁🅃🄰🄳, 🄿🄸🄻🄰🅁, 🄼🄰🅁🄲🄴🄻🄰... por cada baldosa de amor y autonomía con la que me habéis ido allanando el camino. Me acompañáis 𝗲𝗻 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝗽á𝗴𝗶𝗻𝗮.✨️

✨️Feliz Día Internacional de la Mujer✨️.
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El homenaje que se merecían las mujeres nacidas durante la dictadura. En ‘Nuestras madres', Gemma Ruiz Palà ofrece un mosaico de mujeres que se han enfrentado a los grandes retos de las mujeres de su generación. Los relatos, independientes pero interconectados, nos hablan de violencia obstétrica, de la renuncia obligada a tener una carrera, de fingir ser quien no eres, o del drama de abandonar a tus hijos por necesidad para acabar criando los de otros.

Mi madre es ama de casa, es decir, que durante toda su vida ha trabajado (y sigue trabajando) mucho en el hogar, pero no ha tenido un puesto remunerado. Sin embargo, siempre se le ha dado bien calcetar, y de hecho es habitual que tenga encargos de sus amigas o conocidas para confeccionar ropa cuando nace un bebé en sus familias. Sé que ha sido una persona feliz y que está contenta con su vida, pero al terminar este libro me he sentido un poco culpable. Nunca le he preguntado si esa renuncia a tener una carrera profesional fue algo que ella quiso, o algo que surgió y a lo que se amoldó por las circunstancias. Simplemente lo he dado por hecho y, aunque hace semanas que he terminado el libro, tampoco ahora le he preguntado cuáles eran sus sueños, si le hubiese gustado ganarse la vida en el sector textil o cualquier otro.

Precisamente ese es el problema que tenemos muchas personas con nuestras madres: las damos por sentado, no somos conscientes de lo que han sacrificado por nosotros en un contexto sociopolítico que jamás se lo ha puesto fácil.

En este libro conocemos a 10 mujeres de Barcelona, catalanas de origen, descendientes de la emigración interior y también procedentes de América. Esta inclusión es una decisión muy acertada, pues es imposible entender la riqueza y la diversidad, sobre todo en grandes urbes, sin tener en cuenta los movimientos migratorios.

Pero lo más maravilloso es, sin duda, ese momento en que las historias empiezan a entrelazarse y descubres las relaciones entre ellas, de qué se conocen y cómo han sido y son un soporte fundamental en sus vidas. Porque eso es también algo que las caracteriza: su sororidad, su empatía y su generosidad, la eterna predisposición a aportar lo que pueden para mejorar las vidas de sus compañeras. En definitiva, crear una comunidad.

Hablaba antes de que es un retrato generacional, pero así como otras obras solo se disfrutan plenamente si se pertenece a ese mismo grupo demográfico, ‘Nuestras madres' traspasa todas esas barreras ya que cualquier mujer de cualquier edad se podrá ver reflejada. Por supuesto, no pecaré de tratar este libro como literatura para mujeres, en primer lugar porque no creo que exista literatura segregada. Es una lectura cargada de realismo y por lo tanto muy valiosa para cualquiera, sea feminista o no, para comprender los retos a los que se enfrentan ellas o para incidir en este mensaje si ya lo han aprehendido.

Y además está muy bien escrita, todas las historias están desarrolladas a la perfección, sin dejar cabos sueltos, con personajes entrañables y una prosa que, sin llegar a ser exactamente poética, está cargada de momentos memorables, vibrantes y que dejan huella.
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Novela coral y de denuncia, publicada en el 2023, que da voz a toda una generación de mujeres nacidas durante el posfranquismo, para hablar de la sexualidad, de la planificación familiar, de la violencia machista, del aborto, de la crianza, de la drogadicción, de los “amores prohibidos”, de la transexualidad, de la emigración y la inmigración…
Rinde homenaje a toda una serie de mujeres invisibles pero esenciales, todo desde una mirada muy feminista, con un lenguaje ácido, afilado, irónico, lleno de coloquialismos y frases hechas.
A través de personajes ficticios y muy arquetípicos, que a más de uno se le pueden antojar algo planos, la autora catalana Gemma Ruiz, realiza en «Nuestras madres» una aguda crítica a la sociedad patriarcal, a la discriminación, a la misoginia que aún impera en nuestros días, reflejando a las hijas convertidas en madres hoy, en sus propias madres.
Que idealiza la maternidad hasta cierto punto. Cierto. Que la evolución de los personajes es limitada, es un hecho. Es lo que tienen las novelas corales.
Sin embargo, es una historia que habla de solidaridad, de hermandad, de sororidad, de complicidad, quizá desde una óptica algo “naif” si se lee desde la perspectiva que precisamente cultiva la sociedad dominante y patriarcal, tan interesada en devaluar el amor con mayúsculas y la solidaridad. Pero no se puede menospreciar tan a la ligera cualquier historia que hable de solidaridad. Solo por eso ya vale la pena leerla.

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